#08
editorial
Si hay algo realmente, pero realmente insoportable es el sudor (el que no es provocado por
el buen sexo). Enero es, con todos los laureles y premios, el mes rey del sudor. No es
solamente esa aureola en las remeras, ese sudor entre las piernas que se marca en los
pantalones y humedece los jeans, el sudor es esa horrenda manera de darte cuenta de que
estás rodeado y sofocado por la gente en el micro, donde cada toque representa una
sensación húmeda, de distinta textura y hediondez, acompañada por ese tufo desesperante
que sube desde el asfalto caliente y se fusiona con aquellas personas que después de las
fiestas no le han quedado monedas ni para comprar desodorante. Los simples mortales
estamos acá, en este mar de sudor, lágrimas y aburrimiento, porque en las ciudades, en
enero, no pasa nada: no hay buenas fiestas ni viento, se corta la luz; no hay mujeres lindas
en la oficina, porque el jefe se las llevó de vacaciones; es casi imposible tener un golpe en el
auto, ya que de noche nos invaden unos frescos 38 ºC sin viento, capaz de sofocar a
cualquier ser vivo que jadee por unos minutos en un habitáculo tamaño Vitz. También cabe
resaltar que la gente sube a redes sociales sus fotos en las distintas playas nacionales e
internacionales, mientras que los demás pensamos “¿en qué gasté tanto?” y estamos
arañando ya para llegar a febrero.
Por suerte, una vez más, el universo conspira a favor de nuestros queridos y fieles lectores:
Blow enero es una mezcla de sentimientos. Es ese pelopincho en la oficina, es ese día que se
corta la luz y te dicen “podés irte a tu casa”, es ese ojito de tu compañera de trabajo, ese
medio plan de al menos escaparte unas horas a algún lugar con un poco más de onda. Blow
es refrescante por un lado y, por el otro, busca arder como el verano, como el fuego del
asfalto, inundarnos en sudor como con los cortes de luz de la oficina, calentar nuestras tripas
como cuando nos toca hacer el asado a la parrilla. Estos sentimientos y muchísimos más que
son propios del mismísimo infierno paraguayo serán revividos, acompañados del placer en las
producciones y notas que se vienen en esta edición de Blow, que nos refrescará el cuerpo,
pero nos hará arder la mente. Los invitamos a hacer este viaje al mundo Blow. Una vez más,
les prometemos que nos van a amar al hojear las siguientes páginas.
El Dire.
cuatro