Revista BLI - Invierno 2019 BLI N.1 Invierno 2019 | Page 19
Entrevistamos a ...
la ópera, me lo propuso. Acepté inmediatamente, claro. Y he disfruta-
do muchísimo porque he podido aunar dos de mis grandes pasiones:
la literatura y la ópera. Además, no tenía que inventarme ningún ar-
gumento: grandes escritores y libretistas lo hicieron antes, yo solo tenía
que contarlo, y lo he hecho intentando acercar lo que cuentan las
óperas a la vida cotidiana. Porque son historias universales, más cer-
canas de lo que la gente se piensa. Hay mucha gente que piensa
que la ópera es elitista. Yo creo que no: desde luego, económica-
mente no, es más caro asistir a un partido de fútbol que a la ópera. E
intelectualmente…, pues en la ópera asistes a un espectáculo en el
que te lo cuentan todo de tres maneras: con palabras, con música y
con imágenes; me parece más complicado intelectualmente conse-
guir placer a través de unos señores que corren detrás de un balón
para conseguir meterlo en una portería, y de otros que hacen lo mis-
mo para evitarlo: eso sí que necesita de una gran abstracción…, pero
la ópera no. La ópera es como un cuadro de Rubens, o de Veláz-
quez. El fútbol es como un cuadro de Miró o de Rothko.
En esta última obra mencionas a la inigualable Montserrat Caballé.
¿Qué influencia ha tenido la soprano en ti?
Durante varios años, en Zaragoza tenía un Concurso Internacional de
Canto que llevaba su nombre, así como unas clases magistrales que
impartía Montserrat Caballé a jóvenes cantantes de todo el mundo.
Se podía asistir como público oyente a aquellas clases. Y yo no me
perdía ni una, claro. Aprendí mucho y disfruté mucho de su sabiduría,
de su humor, de los consejos que les daba de cómo cantaba con
ellos y era capaz de conseguir que los alumnos llegaran a notas tan
altas que ellos no sospechaban. Técnica, trabajo y emoción. Nunca
olvidaré cuando decía que no era suficiente con “ colocar” una no-
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