ISMA - Instituto Superior Marista A-730
Aula Magna Nº 18
2.- EL SINODO EXTRAORDINARIO SOBRE LA FAMILIA. EN CAMINO HACIA EL ENCUENTRO
DE LA MISERICORDIA Y LA VERDAD. Por Fr. Dr. Guillermo Juarez, O. P.
“El empeño pastoral es la prueba del amor”. Esta bella afirmación de san Gregorio Magno se
aplica magníficamente a la solicitud continua de la Iglesia por el bien de las familias, solicitud
que responde a su profunda convicción de que “la familia es la vía de la Iglesia” (san Juan
Pablo II), el “icono de la relación de Dios con su pueblo” (Benedicto XVI).La III Asamblea
General Extraordinaria del Sínodo de Obispos, desarrollada en la Ciudad del Vaticano entre
el 5 y el 19 de octubre de 2014, ha puesto de manifiesto, una vez más, dicha solicitud.Para
reconocer su sentido y alcance debemos situar este evento en un itinerario eclesial mucho
más amplio que toma como punto de partida la convocatoria del mismo por parte del Papa
Francisco el 8 de octubre de 2013 bajo el lema “Los desafíos pastorales de la familia en el
contexto de la evangelización”. Luego viene la preparación en la que podemos distinguir
dos momentos: el envío, pocos días después, del Documento Preparatorio por parte de
la Secretaría General del Sínodo, y la síntesis de las respuestas a la encuesta contenida
en dicho documento, que ofrece el Instrumentum Laboris, un largo informe publicado en
junio del 2014 que nos permite reconocer mejor la gran diversidad de las situaciones de las
familias en las distintas regiones del mundo, sus anhelos e inquietudes.
Finalmente tenemos la etapa de la puesta en marcha en la que sobresalen dos eventos,
la Asamblea General Extraordinaria de 2014 y la Asamblea General ordinara de 2015. El
propósito del Santo Padre es que estos dos sínodos sean dos momentos o etapas de un
mismo proceso, de tal modo que se verifique una unidad orgánica entre ellos. En la primera
asamblea -la que nos ocupa ahora-los padres sinodales han evaluado y profundizado los datos, los testimonios y las sugerencias de
las Iglesias particulares a fin de responder a los nuevos desafíos de la familia. En palabras del Cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario
general del sínodo, su cometido fue “precisar el status quaestionis [el estado actual de la problemática] y recoger testimonios y
propuestas de los obispos para anunciar y vivir el Evangelio con credibilidad para la familia”. En la segunda asamblea, con una mayor
representación del episcopado, se reflexionará sobre las temáticas o desafíos reconocidos, para procurar determinar las líneas
operativas pastorales comunes. Estamos, por tanto, a mitad de caminoy debemos seguir caminando, es decir, orando, asimilando,
profundizando, debatiendo y compartiendo los frutos de nuestros esfuerzos.
En los intercambios del sínodo extraordinario, el amor del que es prueba el empeño pastoral por la familia ha mostrado
inmediatamente su dimensión de compasión ante la contemplación de tantas, tan diversas y tan graves heridas.Lo refleja con
claridadla siguiente frase el penúltimo documento de trabajo: “De acuerdo con la mirada misericordiosa de Jesús, la Iglesia debe
acompañar con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados por el amor herido y perdido, dándoles confianza y esperanza,
como la luz del faro de un puerto o una antorcha llevada en medio de la gente para iluminar a aquellos que han perdido la dirección
o se encuentran en medio de la tempestad”.De hecho, siguiendo de cerca el desarrollo de los debates, no es difícil reconocer un
acercamiento a la problemática familiar en el que la empatía y la comprensión, el sincero deseo de cercanía, predominan sobre la
doctrina, es decir, sobre el saber y el saber hacer. Por decirlo más gráficamente, es más la mirada de la madre que la del médico.
Esto es lo que explica el progreso de una visión inicial en la que se insistía, ante todo, en la atención a las realidades familiares más
complejas, a otra más amplia en la que se pone de relieve la bella e