ISMA - Instituto Superior Marista A-730
Aula Magna Nº 17
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO DE VICTORIA VIZENTAL, DE LA CARRERA DE
EDUCACIÓN PRIMARIA
Queridas compañeras, profesores, familiares y amigos:
¡Que lindo encontrarnos en este moment o! Es una enorme sa•sfacción y alegría haber llegado al final de una lindísima etapa
compar•da todas juntas. Recorriendo estos cuatro años transitados con ustedes son muchas las emociones que vivimos: nervios,
miedo, inseguridades; pero también dicha, gozo y por sobre todo, felicidad. Felicidad, por haber encontrado esta lindísima vocación
que es la docencia.
Son muchos los momentos que compar!mos y vividos juntas a lo largo de estos
años:
Como nuestro primer día de clase: para muchas fue el comienzo de una etapa
dis•nta en sus vidas, la universidad, para otras si bien teníamos un poco de camino
recorrido fuera del colegio, fue un volver a comenzar. Pero para todas, seguramente
haya sido un momento de miedo a lo desconocido y felicidad por empezar.
Luego llegaron las prac•cas y las residencias y con ellas los nervios, la ansiedad y
la incer•dumbre ya que fueron nuetras primeras experiencia dentro del aula, de
enseñanza. Pero, no todo era color de rosas durante esos •empos porque: cada
prác•ca parecía eterna, las horas de los días no alcanzaban para pensar obje•vos,
mo•vaciones, ac•vidades de fijación, cierres y armar recursos, las ideas se
agotaban rápidamente, el cansancio nos ganaba, los nervios de que te observaran
te agarraban cuando veías a Alicia, Andrea, Flor, Miryam o Alejandra esperándote en el pasillo de la clase. Pero, no puedo decir
que todo fue gris y negro, porque había algo que me llenaba el espíritu, y creo que a ustedes también. Llegar al ISMA y escuchar a
alguna de ustedes preguntar: ¿y cómo te fue?¿te fueron observar?¿te ayudo en algo?¿te recorto las 120 figuritas de animales?¿te
ayudo a pintar las imágenes? Siempre había una palabra de apoyo, una mirada de aliento y un gesto que te daban fuerzas para
seguir. Así que, de todo corazón les digo gracias a una y a cada una de ustedes por formar parte de este lindísimo grupo, por
compar•r estos cuatro año de carrera todas juntas, por ayudarnos cuando lo necesitábamos, por apoyarnos unas a otras en los
momentos de desaliento, por vivir las alegrías de nuestras vidas, por decir la palabra precisa en el momento adecuado. No me
quedan más palabras que un rotundo: ¡gracias ¡
El final de este recorrido no hubiera sido posible sin la ayuda de nuestros profesores y es por eso que también les quiero agradecer
por: dar lo mejor de ustedes día a día, transmi•r sus conocimientos y experiencias, formarnos para ser las maestras que hoy
somos, por sacar lo mejor de nosotras mismas, por acompañarnos en aquellos tramos más di"ciles con un gesto o un linda palabra,
pero por sobre todo, por enseñarnos a descubrir y amar esta lindísima vocación que es la docencia. Gracias por ayudarnos y
aconsejarnos en nuestros primeros pasos como maestras. Hoy llegamos todas acá por nuestro esfuerzo, perseverancia, lucha pero
por sobre todo, por nuestro amor a la docencia y el amor que ustedes nos transmi•eron por enseñar.
Durante estos cuatro años en el profesorado podríamos decir que entre muchas cosas aprendimos sobre: la zona de desarrollo
próximo propuesta por Vigostky, el andamiaje de Bruner, los conocimientos previos de los que habla Piaget,. Pero yo creo que
aprendimos algo mucho más importante que todo esto, y fue la importancia que •ene la educación en la vida de cada una de las
personas que pasarán por nuestras aulas. Cada palabra, mirada, gesto, abrazo, consejo que le demos a los niños los van a marcar
para el resto de sus vidas. Durante estos cuatro años aprendimos que vamos a tener en nuestras manos pequeños tesoros que
tenemos que saber cuidar, proteger, hacer crecer y dejar volar.
Ya recorrimos estos cuatro años de formación, ahora, tenemos un gran desa"o por emprender y una responsabilidad enorme por
asumir. Nunca nos olvidemos que vamos a tener en nuestras manos la vida de cientos de personas que van a esperar que demos lo
mejor de nosotros mismos y por sobre todo, que nos demos de lleno a esta vocació y no perdamos nunca el amor a ella.
Para finalizar, quiero compar•r con ustedes una oración que nos dio Chavela el primer día de clases, que para mi resume esta etapa
terminada y el sen•do que •ene esta vocación:
Educar es lo mismo que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar… y poner todo en marcha.
Para eso, uno !ene que llevar en el alma un poco de marino…un poco de pirata…un poco de poeta…y un kilo y medio de
paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
Gabriel Celaya
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