Revista Aula Magna Diciembre 2013 | Page 25

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 Aula Magna Nº 17 PALABRAS DE AGRADECIMIENTO DE VICTORIA VIZENTAL, DE LA CARRERA DE EDUCACIÓN PRIMARIA Queridas compañeras, profesores, familiares y amigos: ¡Que lindo encontrarnos en este moment o! Es una enorme sa•sfacción y alegría haber llegado al final de una lindísima etapa compar•da todas juntas. Recorriendo estos cuatro años transitados con ustedes son muchas las emociones que vivimos: nervios, miedo, inseguridades; pero también dicha, gozo y por sobre todo, felicidad. Felicidad, por haber encontrado esta lindísima vocación que es la docencia. Son muchos los momentos que compar!mos y vividos juntas a lo largo de estos años: Como nuestro primer día de clase: para muchas fue el comienzo de una etapa dis•nta en sus vidas, la universidad, para otras si bien teníamos un poco de camino recorrido fuera del colegio, fue un volver a comenzar. Pero para todas, seguramente haya sido un momento de miedo a lo desconocido y felicidad por empezar. Luego llegaron las prac•cas y las residencias y con ellas los nervios, la ansiedad y la incer•dumbre ya que fueron nuetras primeras experiencia dentro del aula, de enseñanza. Pero, no todo era color de rosas durante esos •empos porque: cada prác•ca parecía eterna, las horas de los días no alcanzaban para pensar obje•vos, mo•vaciones, ac•vidades de fijación, cierres y armar recursos, las ideas se agotaban rápidamente, el cansancio nos ganaba, los nervios de que te observaran te agarraban cuando veías a Alicia, Andrea, Flor, Miryam o Alejandra esperándote en el pasillo de la clase. Pero, no puedo decir que todo fue gris y negro, porque había algo que me llenaba el espíritu, y creo que a ustedes también. Llegar al ISMA y escuchar a alguna de ustedes preguntar: ¿y cómo te fue?¿te fueron observar?¿te ayudo en algo?¿te recorto las 120 figuritas de animales?¿te ayudo a pintar las imágenes? Siempre había una palabra de apoyo, una mirada de aliento y un gesto que te daban fuerzas para seguir. Así que, de todo corazón les digo gracias a una y a cada una de ustedes por formar parte de este lindísimo grupo, por compar•r estos cuatro año de carrera todas juntas, por ayudarnos cuando lo necesitábamos, por apoyarnos unas a otras en los momentos de desaliento, por vivir las alegrías de nuestras vidas, por decir la palabra precisa en el momento adecuado. No me quedan más palabras que un rotundo: ¡gracias ¡ El final de este recorrido no hubiera sido posible sin la ayuda de nuestros profesores y es por eso que también les quiero agradecer por: dar lo mejor de ustedes día a día, transmi•r sus conocimientos y experiencias, formarnos para ser las maestras que hoy somos, por sacar lo mejor de nosotras mismas, por acompañarnos en aquellos tramos más di"ciles con un gesto o un linda palabra, pero por sobre todo, por enseñarnos a descubrir y amar esta lindísima vocación que es la docencia. Gracias por ayudarnos y aconsejarnos en nuestros primeros pasos como maestras. Hoy llegamos todas acá por nuestro esfuerzo, perseverancia, lucha pero por sobre todo, por nuestro amor a la docencia y el amor que ustedes nos transmi•eron por enseñar. Durante estos cuatro años en el profesorado podríamos decir que entre muchas cosas aprendimos sobre: la zona de desarrollo próximo propuesta por Vigostky, el andamiaje de Bruner, los conocimientos previos de los que habla Piaget,. Pero yo creo que aprendimos algo mucho más importante que todo esto, y fue la importancia que •ene la educación en la vida de cada una de las personas que pasarán por nuestras aulas. Cada palabra, mirada, gesto, abrazo, consejo que le demos a los niños los van a marcar para el resto de sus vidas. Durante estos cuatro años aprendimos que vamos a tener en nuestras manos pequeños tesoros que tenemos que saber cuidar, proteger, hacer crecer y dejar volar. Ya recorrimos estos cuatro años de formación, ahora, tenemos un gran desa"o por emprender y una responsabilidad enorme por asumir. Nunca nos olvidemos que vamos a tener en nuestras manos la vida de cientos de personas que van a esperar que demos lo mejor de nosotros mismos y por sobre todo, que nos demos de lleno a esta vocació y no perdamos nunca el amor a ella. Para finalizar, quiero compar•r con ustedes una oración que nos dio Chavela el primer día de clases, que para mi resume esta etapa terminada y el sen•do que •ene esta vocación: Educar es lo mismo que poner motor a una barca… hay que medir, pesar, equilibrar… y poner todo en marcha. Para eso, uno !ene que llevar en el alma un poco de marino…un poco de pirata…un poco de poeta…y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar mientras uno trabaja, que ese barco, ese niño irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Gabriel Celaya 25