Revista Asociación de Cirujanos Guatemala Revista 2019 | Page 50

Síndromes de Hipersecreción Hormonal Desde el punto de vista quirúrgico, lo importante será determinar desde la consulta inicial que pacien- tes hipertiroideos son candidatos para cirugía, para lograr la curación de la enfermedad al menor tiem- po y costo posibles. En los pacientes con BMNT el tratamiento de elección será la tiroidectomía, siem- pre y cuando la edad y las comorbilidades asocia- das lo permitan; de lo contrario la alternativa será la utilización de yodo radiactivo. Para aquellos con enfermedad de Graves, después de muchos años de tratarlos, hemos establecido nuestros propios crite- rios para escoger la mejor opción terapéutica para cada paciente en particular. Basándonos en los pa- rámetros que aparecen en la tabla 1, determinamos si clínica y bioquímicamente se trata de una forma de enfermedad moderada o severa. A los pacientes con enfermedad moderada se les plantea la posibili- dad de tratamiento con antitiroideos a largo plazo o yodo radioactivo y a aquellos con enfermedad seve- ra se les propone cirugía después del control farma- cológico de la hipersecreción hormonal. La decisión terapéutica, deberá ser tomada después de la primera visita y el análisis de los estudios inicia- les, lo que permitirá cumplir con la premisa de lograr el control de la enfermedad en el menor tiempo y al menor costo posible. Nódulos tiroideos y cáncer El cáncer de la glándula tiroides ha triplicado su inci- dencia en los últimos 15 años, aunque muchos auto- res lo consideran más una epidemia de sobre diag- nóstico que un aumento real. Lo destacable es que este aumento se debe exclusivamente a la detección de carcinomas papilares; mientras la incidencia de las otras variedades histológicas ha permanecido es- table, al igual que las tasas de mortalidad 7 . Además, la gran mayoría de estos tumores son microcarcino- mas papilares, descubiertos incidentalmente en es- tudios por imágenes, y en particular por ultrasonido (US). La primera pregunta es ¿qué debe hacerse con estos nódulos tiroideos no sospechados clínicamente, que son descubiertos incidentalmente en un estudio por imágenes? Diferentes asociaciones endocrinológicas en América, Europa y Oriente han propuesto reco- 46 mendaciones, publicadas como guías de manejo. La recomendación inicial es el análisis de las caracterís- ticas ultrasonográficas de los nódulos tiroideos, tra- tando de predecir su potencial maligno. Sabemos, que los nódulos sólidos, hipoecoicos, con márgenes irregulares, microcalcificaciones, vascularidad cen- tral y más altos que anchos; tienen más posibilida- des de ser malignos. A diferencia de los quísticos, es- pongiformes, iso o hiperecoicos y con vascularidad periférica, cuyo potencial maligno es mucho menor. La segunda pregunta es ¿qué hacer con cada uno de ellos? La Asociación Americana de Radiología, ha propuesto el TIRADS (Thyroid Imaging Reporting and Data Systems), para describir los hallazgos ultra- sonográficos de los nódulos tiroideos; y, de acuer- do con un sistema de puntuación, predecir el riesgo de cáncer. Otras asociaciones, como la Asociación Americana del Tiroides (ATA), la Asociación Europea de Endocrinología y la Asociación Coreana de Endo- crinología, también han propuesto modificaciones al TIRADS. En lo personal prefiero utilizar la escala de riesgo de la ATA (8), que establece 5 categorías diagnósticas. La categoría I, nódulos quísticos puros, considerados benignos. Categoría II, nódulos espon- giformes o mixtos, de muy bajo riesgo. Categoría III nódulos sólidos, iso o hiperecoicos, de bajo riesgo, recomendando hacer una biopsia si miden más de 2 cm. Categoría IV, nódulos sólidos, hipoecoicos, sin otros hallazgos sugestivos de malignidad, de riesgo intermedio; recomendando hacer una biopsia si mi- den más de 1.5 cm. Y, la categoría V, nódulos sólidos hipoecoicos, con por lo menos otro hallazgo suges- tivo de malignidad, de alto riesgo; recomendando hacer una biopsia si miden más de 1 cm. ¿Porqué no hacer una BAAF a los nódulos de alto riesgo que miden menos de 1 cm? El argumento ma- yor es evitar el diagnóstico de un microcarcinoma papilar, que será seguido de la recomendación de ci- rugía por el médico tratante y la aceptación o reque- rimiento del paciente de ser operado por el temor que genera el diagnóstico de cáncer. En contraposi- ción a esta postura, la experiencia del hospital Kuma en el Japón (9), siguiendo por largo tiempo a pacien- tes con microcarcinomas papilares, ha demostrado que el 97% de estos tumores permanecen estables y confinados a la glándula; por lo que han propues- Rev Guatem Cir Vol 25 (2019)