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Síndromes de Hipersecreción Hormonal
En esta revisión trataré de llamar la atención sobre
los síntomas, signos, hallazgos del examen físico,
condiciones médicas y datos de laboratorio, que de-
ben llamar nuestra atención y hacernos sospechar la
posibilidad de algunos de los trastornos endocrino-
lógicos más frecuentes, para no retardar el diagnós-
tico y evitar estudios y gastos innecesarios.
Acromegalia. ¿Un diagnóstico obvio?
Todos hemos visto en libros fotos muy ilustrativas
de un hombre joven con manos y pies grandes, con
rasgos toscos y mandíbula prominente, de mucha
mayor estatura que la de otro joven de la misma
edad que aparece a su lado. Una imagen que difícil-
mente se olvida y que nos hace pensar que el diag-
nóstico de acromegalia no puede pasar inadvertido.
Sin embargo, los pacientes con esta enfermedad son
diagnosticados en promedio 10 años después de la
aparición de los síntomas iniciales 1 .
En la práctica, el diagnóstico pareciera fácil si nos
topamos con un paciente hombre o mujer de edad
media, con voz ronca y grave, que nos refiere que
ya no puede ponerse sus anillos, que ahora usa dos
tallas más grandes de zapatos, que tiene más vello
corporal, que suda más que antes, que la piel se ha
vuelto áspera y grasosa, que ronca en la noche, que
tiene dolores articulares y cefalea. Que, al examen
físico presenta nariz, labios y lengua grandes, dien-
tes separados, tejidos supra orbitarios prominentes,
prognatismo, manos y pies grandes con uñas grue-
sas, y alteración de los campos visuales. Qué, ade-
más, es hipertenso, tiene apnea del sueño, ha tenido
nefrolitiasis, y tiene disfunción cardíaca. Si pudiéra-
mos tener fotos de los últimos años, podríamos dar-
nos cuenta que los cambios faciales han sido paula-
tinos y progresivos; tanto que, incluso han pasado
inadvertidos al paciente, a su familia e incluso a su
médico de cabecera.
Caron y colaboradores 2 , en una encuesta realiza-
da a 472 pacientes con acromegalia para identifi-
car hallazgos que pudieran haber contribuido a un
diagnóstico temprano; encontraron: que el 80% de
los pacientes notaron agrandamiento progresivo de
manos y pies, modificaciones faciales, ronquera noc-
turna, falta de energía, sudoración, dolores articula-
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res y aumento de peso. También, se pudo establecer
que los síntomas que precedieron el diagnóstico por
años fueron alargamiento acral, síndrome de túnel
del carpo e hipertensión. Lo remarcable es que to-
dos estos cambios fueron desestimados y poco valo-
rados por los médicos consultados.
Así que, la sospecha clínica de acromegalia justifica-
rá la medición IGF-1 (factor insulínico de crecimiento
1); que, en caso de estar elevado, permitirá hacer el
diagnóstico. Habrá que tener en mente que el 15%
de los adenomas hipofisiarios secretores de hormo-
na de crecimiento también producen prolactina (1).
La resonancia magnética nuclear (RMN) confirmará
la presencia del adenoma hipofisiario; que, depen-
diendo de su tamaño, podrá ser tratado médica o
quirúrgicamente. El diagnóstico temprano evitará la
progresión de la enfermedad y la aparición de cam-
bios somáticos irreversibles.
Hiperprolactinemia no es sinónimo
de tumor hipofisiario
La hiperprolactinemia es el trastorno endocrino más
frecuente del eje hipotalámico-hipofisiario y puede
presentarse tanto en mujeres como en hombres. Por
regla general, da lugar a un síndrome clínico caracte-
rizado por galactorrea, amenorrea, hipogonadismo
e infertilidad y es 4 veces más frecuente en mujeres
que en hombres 3 .
Lamentablemente, cuando se sospecha clínicamen-
te, después de la medición sérica de prolactina, el
siguiente estudio pedido por la mayoría de los médi-
cos de atención primaria, será una RMN de hipófisis.
Y, si el estudio por imágenes es positivo para iden-
tificar un microadenoma hipofisiario, la conclusión
será que esa es la causa, y si es negativo; sin hacer
más, en ambos casos, los pacientes serán tratados
con un agonista dopaminérgico. Sin embargo, hay
que recordar que alrededor del 12% de la población
adulta puede ser portadora de un microadenoma
hipofisiario no funcional, como lo reportan estudios
de autopsia 4 . Así que, muchos de estos tumores hi-
pofisiarios, ni son responsables de un síndrome de
hipersecreción, ni requieren ningún tratamiento.
Rev Guatem Cir Vol 25 (2019)