Revista Asociación de Cirujanos Guatemala Revista 2019 | Page 40
Breve Sinopsis de Buenas Prácticas y
Principios Bioéticos en Materia de Donación
y Trasplante de Órganos
Dr. Rudolf García-Gallont
Presidente ACG 2002-2003
Comité Ejecutivo Declaración de Estambul. Directivo Comité de Ética, The Transplantation Society.
6a. Ave. 7-39, Zona 10, Edificio Las Brisas Of 206. em-mail: [email protected]
Introducción
El papel del trasplante de órganos, tejidos o células
para el tratamiento de diversos padecimientos con
fallo orgánico terminal, se ha convertido en un pi-
lar del armamentario terapéutico de la Medicina
moderna, del cual ya no se puede prescindir. Los
avances en la fabricación de órganos artificiales to-
talmente implantables, sea mecánicos o bio-mecá-
nicos, necesitan aún de muchos años para ser una
realidad, y también los órganos de origen animal –
xenotrasplantes - están aún a muchos años de con-
vertirse en una opción segura y eficaz para ser utili-
zados con fines terapéuticos. Igual criterio se aplica
a las terapias celulares regenerativas para el resta-
blecimiento total de un órgano dañado. Mientras
tanto, el trasplante de órganos sigue siendo el están-
dar terapéutico prevaleciente, y seguirá necesitando
como insumo básico y esencial, de la disponibilidad
de ÓRGANOS HUMANOS para llevarse a cabo.
Como consecuencia, la premisa de que “SIN DO-
NANTE, NO HAY TRASPLANTE”, continúa siendo tan
cierta en la primera mitad del Siglo XXI, como lo
fue en la segunda mitad del Siglo XX. Los grandes
avances farmacológicos son los principales respon-
sables, de que se haya logrado ampliar el escenario
original de la donación restringida a individuos ge-
néticamente idénticos, a la donación proveniente de
personas vivas o fallecidas, con prácticamente solo
la compatibilidad de grupos sanguíneos; y con ello
se abrió la gran posibilidad de ampliar significati-
vamente la proveniencia de los órganos necesarios
para trasplantar.
Si sumamos a estos eventos magníficos, el aumen-
to desmedido global de las enfermedades crónicas
no-transmisibles, consecuencia sobre todo del alar-
mante incremento de afecciones como la diabetes
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mellitus, hipertensión arterial y síndrome metabó-
lico, llegando a rebalsar los presupuestos de salud
de -prácticamente- todos los países, se comprende
fácilmente que la cifra de pacientes que necesitan
órganos para trasplante, se ha multiplicado de ma-
nera preocupante. Los avances terapéuticos moder-
nos ofrecen terapias artificiales de reemplazo para
muchas afecciones (ej. terapias dialíticas, dispositi-
vos de asistencia ventricular, oxigenoterapia ambu-
latoria, mejores drogas y protocolos para fallo car-
díaco, por nombrar algunas asociadas a fallo renal,
cardíaco, pulmonar etc.), generando largas listas de
pacientes en espera por órganos, que superan en
mucho la disponibilidad de los mismos, dando ori-
gen a la necesidad de los Sistemas de Salud, de im-
pulsar la donación de órganos y los programas de
trasplante en los países, pero también generar una
forma alterna, ilegal, de obtener donaciones de ór-
ganos por la vía del comercio fraudulento y el pago
por órganos, turismo de trasplante y otras modalida-
des. El problema central con esta práctica, radica en
que lamentablemente de manera UNIVERSAL es un
mercado que se basa en un modelo de explotación,
puesto que la única persona dispuesta a VENDER un
órgano (y la mayoría de veces sin comprender los
alcances de lo que significa en riesgos y para su fu-
turo), con la visión puesta únicamente en la remu-
neración -generalmente precaria- que obtendrá, es
una persona que se encuentra en franca necesidad
económica. Ni el que compra, ni el intermediario
que puso en contacto a comprador y vendedor, sien-
ten ni adquieren de manera alguna un compromiso
de seguimiento médico para el “donante”, sino que
este retornará a su vida cotidiana de trabajo (usual-
mente trabajo físico pesado), SIN haber resuelto su
problema económico de fondo, y -antes como aho-
ra- sin acceso a servicios médicos básicos y con un
órgano menos…
Rev Guatem Cir Vol 25 (2019)