Revista Asociación de Cirujanos Guatemala Revista 2019 | Page 36
Volvería Ser Cirujano?
Dr. Carlos Eduardo Pineda Molina
Presidente ACG 1997-1998
6a. Ave. 3-22, Zona 10, Clinicas Centro Medico II Of. 905. e-mail: [email protected]
Esta pregunta la formulo tanto para mi persona
como para el colega Cirujano que se atreva a hacer
una introspección después del tiempo que ha pasa-
do en el ejercicio de esta profesión.
En los Diálogos de Platón, en la antigua Atenas, se
encuentra la tesis que reza “Los soldados nacieron
para soldados ya que su motivación es el honor, es
decir que cualquier otra cosa es secundaria, así se
acepta que no deben casarse porque la familia dis-
trae su atención, de la misma forma, no deben ganar
mucho dinero porque inclinarían su vocación hacia
el dinero y su actuar podría ser corrompida.” Los mé-
dicos hemos sido considerados a través del tiempo
como personas importantes de la sociedad en la de-
fensa de su salud, que tenemos obligación de cum-
plir con un juramento, de dedicar nuestro esfuerzo
al paciente como el espíritu de nuestro trabajo, de-
jando nuestros compromisos familiares, financieros
y los puramente personales relegados hasta nueva
orden.
El parangón con la historia del soldado ateniense
es que ciertamente la motivación para convertirnos
en cirujanos estriba, en lo estimulante que resulta
poder resolver problemas de salud que comprome-
ten la vida de la persona o su calidad “con nuestras
propias manos”. Es una actividad emocionante y re-
tadora que produce esa sensación de bienestar, es-
tima personal y la recompensa del agradecimiento
de un ser humano y su familia, al ser instrumento
de la recuperación del bien más preciado. Conocí
la “existencia” de la Cirugía desde muy pequeño ya
que mi padre, uno de los fundadores de la Asocia-
ción de Cirujanos de Guatemala, frecuentemente
comentaba sobre su trabajo en casa y por supuesto
era requerido por sus pacientes, su clínica, hospita-
les etc. Incontables veces. Celebramos “las 12” en
Noche Buena dentro del carro familiar en el parqueo
32
de un hospital y más de una vez debimos regresar de
paseos prematuramente ya que alguien necesitaba
una evaluación y muchas veces una cirugía. Recuer-
do también conversaciones sobre congresos, cursos
aquí y allá porque estar al día formaba parte muy
importante del que hacer. En mi imaginación infan-
til, la operación era lo que salvaba a los enfermos.
Drs. Federico Castillo, Julio Pineda, Mark Walton (en ese tiempo Jefe de
Cirugía de Colón y Recto en Stanford) y Eduardo Pineda.
Lejos de haber creado anticuerpos contra la carrera
de Medicina, a los 17 años me inscribí en la Facul-
tad de Ciencias Médicas para llegar a ser Cirujano,
encontré la carrera de pregrado fascinante. Tuve la
oportunidad de rotar extracurricularmente en Pato-
logía con el Dr. Federico Castro realizando necrop-
sias. Cortábamos piezas quirúrgicas y recibíamos
instrucción del Jefe y de manera voluntaria leíamos
láminas de histología, para ser estudiante de prime-
ro y segundo año fue una experiencia única ya que
comprendí el proceso de enfermedad aparte de ana-
tomía.
Aconsejados por nuestros maestros de Clínicas Fa-
miliares, escogimos realizar la rotación de exter-
nado Médico-Quirúrgico en el Hospital General de
Occidente en Quetzaltenango, nuestro Instructor de
Rev Guatem Cir Vol 25 (2019)