Revista Ansco Numero 5 | Page 34

SEGURIDAD

Lucha contra el polvo en suspensión Conciencia laboral y evolución tecnológica

DICTUC
La mayor preocupación, tanto de las empresas como de las autoridades, respecto de la gravedad del polvo en suspensión, ha permitido la incorporación de estrategias humanas y técnicas de largo plazo, para cuidar la salud de los trabajadores y prevenir la contaminación del ambiente.

El polvo en suspensión es una realidad crítica que afecta a diversas industrias vitales para la economía nacional, ya sea en las correas transportadoras, en las rutas vehiculares de un yacimiento minero, el acopio de troncos de una empresa forestal, o en las terminaciones de loza de un edificio en construcción.

En todas estas actividades se generan nubes de material particulado, cuya toxicidad puede variar según la diversa naturaleza química de los elementos expulsados a la atmósfera. Sin embargo, el denominador común son las diversas consecuencias tanto para la salud de los trabajadores, como para la limpieza del ambiente e, incluso, para la visibilidad y productividad de la faena misma.
El efecto más inmediato recae en la salud del operario expresado en enfermedades crónicas de efecto acumulativo, cuyo efecto puede ser irreversible y hasta invalidante.
Según explica el doctor Rodrigo Soto, médico broncopulmonar de Clínica Alemana, la principal enfermedad laboral asociada a esta condición es una serie de reacciones inflamatorias denominadas Neumoconiosis, de las cuales la más conocida en nuestro país es la Silicosis, cuya recurrencia es motivo de indemnizaciones y jubilación anticipada por incapacidad laboral permanente.
El otro daño es la Bronquitis Crónica Laboral, que se sobrepone y se confunde con el EPOC tabáquico, y que genera ahogo, obstrucción bronquial, susceptibilidad a infecciones, y también puede llevar a la discapacidad.
Por ende, resulta esencial que en cada industria o actividad productiva que genere exposición constante a material particulado, se realice un monitoreo y optimización permanentes del riesgo laboral, en cada puesto de trabajo, así como también un adecuado proceso de control de emisiones, mediante el uso de tecnología de punta.
Para Luis Lodi, gerente corporativo de Seguridad y Salud Ocupacional de Codelco, este tema es de crucial importancia, por cuanto forma parte trascendental de las políticas de combate de los riesgos y enfermedades laborales,“ esfuerzos que en su conjunto han logrado una significativa reducción del problema, gracias al uso de nuevas y mejores tecnologías de mitigación, lo cual se suma a la labor educativa de supervisores y jefaturas”.
Opinión similar tiene Guillermo Gacitúa, presidente del Consejo Nacional de Seguridad, para quien el problema del polvo en suspensión ha sido siempre una constante preocupación tanto para la organización, como para sus diversas entidades asociadas.
“ Existe mayor conciencia empresarial al respecto, la cual se ha expresado no sólo en la prevención de enfermedades como la Silicosis, sino también en el esfuerzo de las mismas compañías para realizar campañas de educación o prevención, así como también de introducir nuevas técnicas destinadas a controlar la emisión de material particulado y prevenir sus efectos tanto entre los propios trabajadores como en las comunidades de base cercanas a una faena u obra”
El aporte de la tecnología
Una solución específica que entrega el mercado son los cañones disipadores de partículas de polvo, que expulsan agua pulverizada mediante toberas ubicadas en el flujo de aire, a una presión de 230 PSI con gotas de 90 micrones de tamaño.
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