Es claro que la lechería va a salir de esta crisis, como lo ha hecho anteriormente, pero para los
productores que hace años están en el rubro y que están cerca del retiro, pensar en afrontar sus
deudas para salir adelante no es sencillo. Ese es el caso del productor Ruben Sastre, de Paraje
Maciel, en Florida, quien visualiza que la única manera de salir adelante, es vendiendo todas sus
vacas. “Yo no le aconsejo a mi hijo que siga con el tambo”, sostiene entre seguro y dolido, al ver
como tantos años de trabajo se van de esta manera ante la mirada, a veces hasta indiferente, del
gobierno de turno.
- ¿Cómo fueron los inicios en el tambo?
- Comenzamos con mi hermano la actividad en 1981 y se-
guimos juntos hasta cuando mi padre nos vendió su parte
del tambo. Luego seguimos cada uno por su lado. Ordeña-
mos unas 100 vacas por día con dos empleados desde el
arranque. En el 2010 logré un pico de producción alcanzan-
do a ordeñar unas 170 vacas y pasé a tener 3 empleados.
- ¿Cómo funciona actualmente el tambo?
- En este momento tengo 140 hectáreas propias y 50
arrendadas. Aquí se hace la recría, algo de agricultura para
autoconsumo de la vaca como sorgo y maíz, y fardos. Si
bien actualmente mantenemos 3 empleados ordeñamos
110 vacas. Lo máximo que puedo llegar a ordeñar son 120
vacas en primavera, pero es muy difícil crecer. Nosotros
estamos sacando unos 1.800 litros diarios de leche, lo que
da una producción promedio de 18 a 19 litros, porque hay
algunas vacas con mastitis o recién paridas que no van
para el tambo. En época de lactancia logramos un pico de
7.000 litros por animal. En el tambo nosotros manejamos
maquinaria propia, lo único que pagamos son las trillas
cuando se cosecha sorgo o maíz.
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DIFÍCIL MOMENTO
“YO ESPERABA QUE EL
GOBIERNO AYUDARA EN ALGO
A LA LECHERÍA, PERO VEO QUE NO”
- ¿Cómo ha vivido el proceso del tambo desde que co-
menzó a producir solo?
- A mí me encanta el tambo, y lo veía como el único rubro
que podía explotar en esas 150 hectáreas que tenía en
aquel entonces. A pesar de la crisis del año 2001 pude
mandar a mis hijos a estudiar a Montevideo. Creo que si
hubiese estado en otro rubro no hubiese podido. En ese
momento vivimos ajustados como ahora, pero fue una
crisis mucho más corta que esta. A estos dos años tan
malos se le sumó el clima, lo que nos liquidó las vacas. Yo
no vendí vacas para comprar un auto, sino que lo hice para
sobrevivir. Tuve que deshacerme de muchos ganados. El