Como Carbajal siempre discutía con sus mayores sobre la
necesidad de darles un lugar a los más jóvenes, cuando su
hijo Martín se recibió de rematador, le cedió el lugar. “Yo
creo que la sangre joven tiene otro impulso. Si el joven no
aprende, el golpe va a ser más grande el día que el padre
no esté”.
Martín Carbajal se incorporó a la empresa en el año 2003,
conformando un equipo de trabajo muy amplio que conti-
nuó con los pilares del escritorio planteados en un comien-
zo. “Se fueron dando los pasos a medida que las circuns-
tancias lo requerían. Yo era un rematador de antes, pero al
igual que cambia el mercado, cambia la forma de comer-
cializar. Fue así que surgieron los remates por pantalla”.
Carbajal enfatizó sobre la importancia de mantener siempre
a los clientes del escritorio, tanto a los vendedores como
a los compradores. Actualmente, la empresa maneja entre
3.000 y 4.000 cabezas de ganado por mes, posicionando
al escritorio como el principal en la zona. Hoy la empresa
brinda un servicio total al cliente, incluyendo la asistencia
financiera. “Después de la crisis de 2001, los bancos casi
que desaparecieron del sector, por lo que el escritorio
siguió siendo el nexo entre la compra y la parte financiera”.
“EN ESTOS 50 AÑOS DE TRABAJO CON EL
ESCRITORIO SIEMPRE TUVIMOS EN TODA LA
FAMILIA UN PILAR FUNDAMENTAL QUE FUE
MI ESPOSA GRACIELA MUSSINI”
Tras la crisis, el escritorio logró reorganizar las ferias gana-
deras, conservar los locales comerciales, realizar una venta
al mes por pantalla, además de llevar a cabo liquidaciones
de ganado Holando y poseer un campo de recría en San
José. La empresa también cuenta con una Agroveterinaria
que suministra todo el apoyo en insumos que necesitan los
productores con pagos a través del ganado.
“El escritorio hoy maneja toda la parte del negocio que
concierne al campo. Después de pagar todas las deudas
pudimos invertir en estas cosas sin la necesidad de apo-
yo externo”. Para Carbajal, la empresa “convive con los
problemas que tienen los productores. Nosotros no somos
ajenos a lo que vive un productor lechero o de carne. Vivi-
mos y sentimos las crisis como propias. Incluso, si bien me
retiré, yo era productor. Conocemos la realidad”. En este
sentido, a su entender, uno de los sectores “más duros” es
el lechero. “Yo siempre digo que el tambero ve el resultado
económico el día que liquida porque sino, siempre está
corriendo de atrás”.
A sus 71 años, y tras haber rematado en 36 locales comer-
ciales distribuidos en 14 departamentos, Carbajal enfatizó
sobre la importancia de que siempre se hagan las cosas
bien. “A pesar de que ya la palabra no tiene el valor que
tenía antes, la palabra existe, y ser una persona de bien es
lo que abre las puertas en todos lados, en los momentos
malos y en los buenos. Es fundamental no tener que mirar
dónde se va a pisar sino mirar el horizonte”.
“A PESAR DE QUE YA LA PALABRA NO TIENE
EL VALOR QUE TENÍA ANTES, LA PALABRA EXISTE, Y SER UNA PERSONA
DE BIEN ES LO QUE ABRE LAS PUERTAS EN TODOS LADOS”
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