pastillas
para
dormir
Una noche un soñador tuvo una pesadilla
terrible. Se levantó asustado y todo sudoro-
so. Apenas se quedó dormido, volvió a sufrir
asediado por las visiones más espantosas y
como si tuviera una camisa de fuerza en los
párpados, le fue imposible despertar. A la no-
che siguiente volvió a tener la misma pesadi-
lla y la misma y la misma, noche tras noche,
semana tras semana. Desesperado, visitó a
un psicólogo quien le recetó unas pastillas
que le harían dormir profundamente, garan-
tizándole sueños más placenteros. Esa noche
el soñador tomó la pastilla, se acostó y nunca
más volvió a despertar. Se quedó para siem-
pre atrapado en su pesadilla.
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