Con la intención de comercializar algunas especies exóticas se han
introducido especies que han competido con la biodiversidad a nivel
local causando su extinción. En Mérida por ejemplo, la introducción
de la rana Toro con fines de consumo
humano ha causado la reducción de
las poblaciones de otros anfibios en el
sitio, debido a que es una animal
voraz que depreda casi cualquier
animal que se encuentra. La
introducción de la trucha en los ríos del Páramo ha causado la
desaparición de distintas especies de peces que habitaban estas
aguas. El efecto de esta introducción es tal que muchas personas
consideran la presencia de estas especies natural, olvidando el efecto
negativo que las acciones humanas han tenido en la diversidad de
especies a nivel local.
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