todo cuándo debemos parar. De esta manera podríamos frenar el uso
forestal descontrolado que afecta actualmente a Venezuela. Para
definir el valor de la biodiversidad debe considerarse: (a) el valor
económico directo de los recursos que son consumidos, (b) el valor
económico indirecto que aportan los recursos sin necesidad de ser
consumidos y (c) el valor ético (Pujol, 1997, p.10). Este último es el
más subjetivo y, desgraciadamente, el de menor peso a la hora de
argumentar a favor de la conservación de la biodiversidad.
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