24 mayo | junio 2018
salud & belleza
revista
VENAS PRONUNCIADAS
EN EL DORSO DE LA MANO,
UN PROBLEMA ESTÉTICO QUE
TIENE SOLUCIÓN
Las venas muy pronunciadas en el dorso de la mano constituyen un problema estético que hasta la
actualidad no tenía solución. Gracias a la Fleboterapia Restaurativa ahora es fácil de solucionar y se
precisa de una a tres aplicaciones que duran menos de un minuto. Un tratamiento inocuo que no
entorpece el uso cotidiano de las manos. El Dr. Miguel AngelGramajoBooth, médico flebólogo
universitario y miembro del American College of Phlebology, es pionero en la aplicación de este método.
Hasta hace muy poco tiempo este tema no
tenía solución, pero gracias a la
Fleboterapia Restaurativa, método
desarrollado por el Dr. Miguel
AngelGramajoBooth -médico flebólogo
universitario y miembro del American
College of Phlebology- ahora es fácil de
resolver.
El procedimiento es sencillo, ya que es
mínimamente invasivo y de aplicación local;
consiste en inyecciones de sustancias
naturales con agujas del grosor de un
cabello que trabajan sin esclerosar ni
eliminar la vena, sino estimulando
mecanismos naturales de reparación. El
intervalo entre las aplicaciones es de dos
semanas y no entorpece en absoluto el uso
cotidiano de las manos.
“Muchas veces, con el paso de los años, las
venas de las manos se comienzan a notar
cada vez más, pero son venas sanas. Por
una cuestión estética, las venas saltonas
molestan a muchas mujeres, al igual que
las manchas en las manos, ya que delatan
la edad. Pero estas venas no deben ser
eliminadas porque significaría un grave
daño a la mano, dado que allí no hay una
circulación colateral de reemplazo como en
las piernas. Entonces, si se elimina esto, el
miembro queda con un pequeño edema
que hace que se pierda la sensibilidad fina
que solía tener”, explicó GramajoBooth,
quien es pionero en procedimientos de
recuperación funcional sin extirpación.
A diferencia de los métodos esclerosantes,
que llevan a la abolición de las venas, con
la Fleboterapia Restaurativa se puede
observar cómo la vena que se va
reduciendo, se va curando.
“Las venas de las manos se tienen que ver
y si no se ven, no es natural. Es como si no
tuviéramos nariz. Afortunadamente son
resistentes, porque son venas sanas,
entonces tienen una muy buena respuesta
al tratamiento, mucho mejor que las venas
enfermas. Con una sola aplicación, en una
semana se ve la reducción de la
arquitectura venosa. Pero si la paciente
quiere que queden más pequeñas, se
pueden hacer más aplicaciones. Al
comparar al final del tratamiento, las venas
se siguen observando pero ya de manera