Revista ACHE Vol. 1 | Page 46

INSTAGRAM: LECHATELARD_ACADEMY I Diez meses fuera de tu ciudad, en un lugar con nuevo idioma, nuevas personas, nueva cultura; no conoces a nadie y es un lugar completamente fuera de lo común para ti. Si te dijera que te quedarás ahí por un año, ¿te animarías? Irse a estudiar fuera de tu país por un año o de intercambio a cualquier lugar del mundo es una experiencia única que pocas personas tienen la oportunidad de vivir. Es una serie de tomas de decisiones en muchos aspectos. Primero que nada, el decidir si irás o no, el saber a qué lugar, cuando, cuánto tiempo, y todas esas preguntas y más son cosas de las que tienes que estar segura para tomar la decisión final. Una de las mejores consecuencias de irte a estudiar fuera es el llegar a conocer una nueva cultura, empezando por el nuevo idioma, las distintas reglas de comportamiento, pero, sobre todo, el tratar con nuevas personas de otras culturas que, a pesar de las diferencias, su cercanía será como de hermanos después de un año de convivir juntos, además de viajar y compartir aprendizajes con ellas. Vivir un año en un lugar completamente diferente al tuyo de origen suele ser también muy desafiante en distintos aspectos de la vida, dependiendo de las costumbres de cada quien, y puede llegar a ser muy difícil el proceso de adaptación. El cambio a un estilo de vida nuevo y el replanteamiento de la rutina son unos de los aspectos a los que es más tardado el acostumbrarse. Para otros, es la parte social la que se les dificulta; el encajar y empezar nuevas amistades es un reto escalofriante para muchos. Esta experiencia reta a cada persona de forma distinta, dándole lo que necesita para crecer en muchos ámbitos de su personalidad y formación. Es por esto que, aunque ciertamente puedes esperar alguno que otro conflicto, el aprendizaje que los acompaña siempre es algo que valorar. Contrario a lo que mucha gente pueda pensar, la experiencia de estudiar fuera cuando eres estudiante de secundaria o preparatoria cambia mucho al vivirla 46