Desde los primeros tiem-
pos donde el hombre y la mu-
jer comenzaron a tener uso de
razón y prejuicios sobre las de-
más personas y sus gustos sur-
gió un tema en particular, la
discriminación por la sexuali-
dad.
La sociedad, desde que
nacemos, nos impone un este-
reotipo de como esta “bien” o
“mal” actuar o ser. Por ejem-
plo, siempre se dijo: el rosa y
las muñecas son de nena y el
azul y los autos son de nene.
Pero que uno sepa, los colores
y los objetos no tienen género,
y en tal caso no tiene nada de
malo que una nena quiera
usar azul y un nene jugar con
muñecas, ¿o sí?
Justamente por esas razo-
nes, incluso desde pequeñitos,
al inculcarnos esas costumbres
y creer que está bien, es un
caso común que cuando un
niño comience la escuela y co-
mience a socializar y plantear
sus gustos, pueda ser rechaza-
do o rechazar.
Eso es cuando uno es ni-
ño, pero luego, cuando uno
crece y empieza a tener nue-
vas etapas, la sociedad sigue
imponiendo sus “reglas”.
Es un ejemplo, el hecho
de la elección de “quien nos
puede gustar y quien no”; da-
do el caso y si eres una chica,
te tiene que gustar un chico. Y
viceversa. Pero como todos
sabemos, no siempre se da el
caso en el que la sociedad tie-
ne razón. Para los casos en los
que no los tiene, existe un tér-
mino denominado homose-
xualidad. Un término contra-
rio a la heterosexualidad (lo
que impone la sociedad).
Partamos de una base
principal, ¿Qué es la homose-
xualidad? ¿Cómo se origina? la
homosexualidad es la atrac-
ción entre dos personas del
mismo sexo. Desde hace déca-
das científicos intentaban ave-
riguar por qué se da esta con-
dición, Como afirman, Byne y
QUE
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