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Sin embargo, algunos Rapsodas han llamado la atención sobre ciertos hechos que les preocupa muchísimo con la llegada de la escritura y el posible desplazamiento de la narración oral. Han hecho caer en cuenta sobre lo fuerte que han sido hasta ahora los discursos que nos han regido y en torno a los cuales hemos crecido y la peligrosa posibilidad de que sean trasladados u olvidados. Para ellos, el establecimiento de la escritura como la única forma legal puede incluso
hacer que las personas pasen a convertirse en dependientes de este medio y dejen a un lado su reforzamiento mental, lo que conllevaría a ser incluso perezosos.
Por otro lado, los sofistas defienden la escritura como forma de mantener y reforzar esa oralidad dejándola pactada con las letras para su perduración en el espacio y en el tiempo. Defienden que tiene un valor de expansión mucho mayor que el oral y su alcance de convencimiento hará que las personas se fijen en la literatura con mayor atención y le den mayor importancia. Asimismo, consideran los sofistas que existiría una evolución cultural y democrática que solo la escritura brindará e invita a las actuales generaciones a no cerrarse ante las nuevas formas de expresión.
¿Terminará la escritura reemplazando la oralidad al punto de ser olvidada? ¿O se convertirá en una herramienta de complemento para los poetas y narradores que llevan la historia en su mente? En todo caso, la respuesta la dará la historia.