Resumen Anual 2018 REVISTA A D O F A I P 2018 | Page 39
DISCURSO DE ORDEN POR EL CXCVII ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
POR: CORONEL EP VIRGILIO GONZÁLES RAMÍREZ
Expreso en primer término mi agradecimiento a la presidencia de nuestra querida
institución por haberme invitado a dar el discurso de orden en esta importante
ceremonia en que se rinde homenaje a la patria con ocasión de la celebración del CXCVII
aniversario de su Independencia, suceso importantísimo, en particular para nosotros,
que hicimos del amor y del servicio a la patria la razón de nuestra existencia.
Empiezo mi discurso recordando los significados de los vocablos patria y patriota, según
el diccionario de la real academia de la lengua española:
Patria es la tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que el ser humano se
siente ligado por vínculos históricos, afectivos y jurídicos.
Es el lugar, ciudad o país donde se ha nacido. De acuerdo con esta definición somos
peruanos todos los que hemos nacido en el Perú y todos aquellos que la han adoptado
por nacionalización.
Patriota es toda persona que ama a su patria y procura para ella todo su bien.
Pero hay otro criterio o concepto sobre lo que es la patria, más sutil, más etéreo, más
sentimental. Muchos de los que hemos pasado por las escuelas de formación militar en
las décadas de los 50 o 60 del siglo pasado, recordamos a nuestro profesor Dr. Carlos
Arenas Loayza, quien en su libro “fuerzas morales”, nos dice que la patria no es una cosa
material, que es una realidad espiritual; nos dice que la patria es una fuerza que late en
nuestra conciencia y en nuestro corazón.
Esta última es una definición que nos invita, que nos señala y nos incita a seguir por la
senda que nos lleva hasta el sacrificio en armonía con nuestro más elevado sentimiento
patriótico.
El rendir homenaje a la patria nos lleva también a rendir homenaje a quienes nos la
dieron y a quienes la defendieron a lo largo de su existencia, ofrendando hasta su vida
por ella.
Fue el 28 de julio de 1,821 que el generalísimo don José de San Martín y Matorras, militar
argentino, quien proclamó nuestra independencia, la cual fue aclamada desde la capital
hasta el último confín de nuestra patria. Esta proclama fue a la vez una sentencia firme,
inquebrantable y perpetua de respetarla, quererla y defenderla, sentencia que nos
obliga a su cumplimiento a todos los peruanos por igual.
Fue el mismo generalísimo quien creo nuestra enseña bicolor y nuestro escudo que
representa nuestra riqueza en los 3 reinos de la naturaleza; fue él, quien nos dio nuestro
himno nacional, y consciente de la necesidad de garantizar su defensa y su desarrollo,
creó el ejército y la marina de guerra.
Fue el generalísimo don José de San Martín y Matorras quien en un acto heroico elevo
a alturas celestiales nuestros ansiados sueños de identidad, igualdad y fraternidad. La
aurora de la libertad se levantó soberana sobre nuestro suelo patrio aquel 28 de julio de
1821, dando inicio a la república peruana; pero aquel juramento solemne fue solo el
inicio de la gesta de nuestra independencia, hubo que recorrer un largo camino de
sacrificio, de fuego y de sangre para consolidarla, gesta que se agigantó hasta alcanzar
la Independencia de toda la América hispana, de la cual el Perú era su bastión.
La historia nos revela que el camino desde el 28 de julio de 1,821 hasta el 9 de diciembre
de 1,824 fue cruento y épico, porque acontecieron hechos extraordinarios de decisión y
valentía y también de sacrificios inigualables. Tenemos entre ellos primero el exilio
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