¿Qué respondería Kant ante una pregunta de este tipo? Parece ser que llegó a decir cosas del tipo: por principios éticos no puedo decirte si hay alguien aquí o no. Pero vamos, aquí acaban entrando a tu casa cuando les digas eso. No les quieres decir la verdad: no te puedo responder a esa pregunta.
Yo creo que aquí tenemos que distinguir entre lo que se llama la ética de la intención y la ética de la responsabilidad. A Kant se le ha criticado que estuviera situado dentro de la ética de la intención, de las buenas intenciones. Para él lo absolutamente valioso es la buena voluntad. No hay nada más valioso que la buena voluntad. Y la buena voluntad ¿qué es? Es guiarse por imperativo categórico. El imperativo categórico es guiarse por principios universales que todos pudieran seguir. Entonces si tú lo haces con buena intención siempre estarás actuando, pero claro, con buena intención pueden tener consecuencias muy malas.
Por eso surge, posteriormente, la ética de la responsabilidad, y esta te dice que tú no has de valorar las acciones y los juicios de las personas, no tienes que valorar las acciones de las personas por sus intenciones si no por sus consecuencias. Es que mi intención es no decir nunca mentiras.
Lo importante es que estás consiguiendo tu vida como consecuencia de tus acciones. ¿Qué significa esto? Para algunos autores en algunos casos podríamos no decir la verdad porque las consecuencias de no decirla son más buenas para el conjunto de la humanidad y entonces uno está siendo más responsable. En el caso de la sanidad por ejemplo, es un tema que se
ha trabajado mucho, porque hay que decir siempre la verdad a los pacientes. Durante muchos años se ha mentido a los pacientes guiados por una mentira blanca, una mentira de amor, se han dicho tantas versiones, se ha llamado así. En la que tu no te está preguntando qué tiene y no le estás diciendo la verdad que tiene una enfermedad mortal. Se ha protegido muchas veces a las personas con mentiras, mentiras piadosas, utilizo también la expresión. Supuestamente esa mentira piadosa tenía como objetivo que la persona no sufriera, pero se ha abusado de la expresión mentira piadosa y se ha mentido a mucha gente a la que realmente no le estabas haciendo un bien si no que te estaba haciendo un bien a ti mismo que no sabías ni cómo decir la verdad ni cómo tratar esto dentro de la familia. Por tanto, algunos llegaron a hablar del privilegio terapéutico. El privilegio terapéutico es: me voy a dar el privilegio de no decirte la verdad por un motivo terapéutico para que no tengas tendencias suicidas y para que la verdad no te haga daño. Entonces, por motivos terapéuticos te voy a mentir, esto es lo que se llamaba en bioética el privilegio terapéutico.
Pero otros autores, como Diego Gracia, han dicho que esto se ha exagerado, estamos utilizando el principio terapéutico o la mentira piadosa demasiado. Tenemos que hacerlo solo en casos muy excepcionales y por eso utiliza la expresión excepción terapéutica, sólo en casos muy excepcionales donde se pudiera realmente saber con seguridad que decir la verdad va a causarle un daño terrible a la persona. Podríamos no decírsela, pero en general hay que decir siempre la verdad a los pacientes. Con esa verdad son ellos los que pueden decidir por sí mismos y por tanto proteger su autonomía. Si no dices la verdad, la gente no pueden ser autónoma para tomar decisiones, decisiones sobre las cuestiones que les afectan.
Por tanto lo que diría es: decir la verdad casi siempre y solo en casos muy excepcionales, como decía Diego Gracia, la excepción
"Los intolerantes son un mal de toda la democracia y ... hay que sanar esa sociedad donde todos deben ser respetuosos y que se acaben los intolerantes."
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