Reiki Familiar Issue # 5 | Page 15

myMagazine/January, 2012 3

-No importa- dijeron los dos.

-Lo que sea- ratificó Toro Bravo.

-Bien-dijo el brujo-, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola sin más armas que una red y tus manos y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Luego deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena.

-Y tú, Toro Bravo-siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red, atraparla sin herirla y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta…. ¿Comprendieron?

La pareja asintió y el anciano chamán hizo un gesto indicando que no tenía

más que decir. Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos, sin duda lo mejor de su estirpe.

-¿Volaban alto? preguntó el brujo.

-Por supuesto, como lo pediste…. ¿y ahora? – preguntó el joven- ¿esperamos un sacrificio , tenemos que matarlos ,qué tenemos que hacer?

-No-dijo el sabio anciano-.Hagan lo que les digo. Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el suelo. Unos minutos después frustradas, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Ustedes son como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a hacerse daño el uno al otro. Si quieren que se amor perdure “vuelen juntos pero jamás atados”.