Sus abuelos paternos fueron el licenciado en leyes Juan de Cervantes y doña Leonor de
Torreblanca, hija de Juan Luis de Torreblanca, un médico cordobés; su padre se llamaba
Rodrigo de Cervantes (1509-1585) y nació en Alcalá de Henares por casualidad: su padre
tenía entonces su trabajo allí. Lo educaron para ser cirujano, oficio más parecido al
antiguo título de practicante que a nuestra idea de médico, pero la secuela de una
enfermedad infantil lo dejó desde niño con una extrema sordera, lo que se averiguó por
un documento exhumado por Krzysztof Sliwa según el cual el escritor hizo al menos una
vez de intérprete para su padre.
Don Rodrigo no pudo seguir estudios continuados no solo por su sordera, sino por el
carácter inquieto e itinerante de su familia, que llegó a moverse entre Córdoba, Sevilla,
Toledo, Cuenca, Alcalá de Henares, Guadalajara y Valladolid, que se sepa; sin embargo
aprendió cirugía de su abuelo materno cordobés y del padrastro, también médico, que lo
sucedió, sin llegar a contar nunca con un título oficial.
Murió: 22 de abril de 1616 en Madrid, España