La contra-reforma educativa
Para corroborarlo, unos días después, Jesús Zambrano, afirmó: “(El control de la educación) había que recuperarlo (…) de una camarilla que, durante décadas, fácticamente, se fue apoderando, adueñando del Sistema Educativo Nacional. Una camarilla que, con un liderazgo, hizo de la educación básica de y la organización sindical de los trabajadores de la educación, su botín”. Durante días, Elba Esther no hizo comentarios particulares sobre este tema. Opinó sobre la reforma, sobre uno de sus temas favoritos (ella misma) y sobre los condicionamientos a la permanencia de los maestros en su trabajo, pero no sobre su responsabilidad en la pérdida de autoridad del Estado sobre el sistema educativo nacional. El silencio sobre este asunto terminó, el 22 de enero, cuando en el programa El asalto a la razón de Carlos Marín (reproducido en el diario Milenio un día después) le preguntó a Elba Esther Gordillo si el SNTE acaparó la rectoría que el Estado perdió en materia educativa, ella responde: “No, ¿por qué? Que la recupere y que la recupere es que cumpla sus funciones entonces en razón de qué. La rectoría está marcada en el tercero constitucional”. Cuando el periodista le insistió en que si el Estado perdió la rectoría “¿quién rectoreó la educación”, la líder vitalicia contestó: “Pues yo no sé, que lo expliquen (...) Lo que yo puedo decir es que ha habido deficiencia en el manejo de la SEP... ha habido omisión de la propia secretaría... el Estado mexicano ha sido omiso en su propia responsabilidad.” Entre los acuerdos firmados en el Pacto por México se encuentran una serie de acciones destinadas a promover una educación de calidad y con equidad. Se reconoce que se ha avanzado en la ampliación de la cobertura y se advierte que hay que elevar la calidad de la educación de los mexicanos “para prepararlos mejor como ciudadanos y como personas productivas”. Para ello se propuso realizar una reforma educativa con tres objetivos: aumentar la calidad de la educación básica “que se refleje en mejores resultados en las evaluaciones internacionales como PISA”. Aumentar la matrícula y mejorar la calidad y mejorar la calidad en los sistemas de educación media y superior. Y, finalmente, que el Estado recupere la rectoría del sistema educativo nacional. El Pacto impulsó la creación del Sistema de Información y Gestión Educativa; la autonomía del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE); la autonomía de gestión de las escuelas; la ampliación del número de escuelas de tiempo completo con jornadas de entre 6 y 8 horas diarias; un programa de dotación de computadoras portátiles con conectividad, y un sistema de concursos con base a méritos profesionales y laborales para ocupar las plazas de maestros nuevas o las que queden libres, en el que el progreso económico de los maestros sea “consecuencia de la evaluación y desempeño”. 24