22 Reflexiones / Diciembre, 2015
LA BATALLA DE AYACUCHO
La Batalla representa el fin de grandes campañas en América del Sur por la Independencia.
El 9 de diciembre de 1824, hace 191 años se libró en Ayacucho al suroeste de Perú, la Batalla que conquistó la Independencia de ese país suramericano contra el imperio español.
La lucha que se desarrolló en la Pampa de Quinua, donde el Ejército Unido Libertador combatió contra los realistas para poner punto final al Virreinato que se encontraba arraigado en la nación suramericana.
Fueron entre 5 mil y 8.500 hombres que se unieron a la causa del venezolano, Antonio José de Sucre, quien compartía el ideal bolivariano de liberar los pueblos latinoamericanos, se ganó ese lugar tras el triunfo de la Batalla de Junín.
Con hombres de Venezuela, Panamá, Ecuador, Chile, Colombia, Argentina, entre otros, salió al suroeste de la nación peruana, para enfrentarse a un Ejército que lo superaba en número, más de 9 mil hombres comandados por José de la Serna, según documenta Historia general de los peruanos desde sus orígenes hasta el presente, de Federico Kauffmann Doig.
Entre los días 5 y 6 de diciembre de 1824, los liberales pasaban por Huaychao para llegar al campo final pero, la idea de los realistas era frenar su paso a través de Huamanguilla; lo que condujo a pequeños enfrentamientos antes de la lucha más importante.
Los patriotas llegaron a la Pampa a 12 kilómetros de la ciudad, mientras que los conservadores se apostaron en el Cerro de Condorcunca.
"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!” fueron las palabras del Gran Mariscal, Antonio José de Sucre antes de iniciar el enfrentamiento.
Sucre ordenó el Ejército en tres divisiones y una caballería: sus batallones Bogotá, Boltijeros, Pichincha y Caracas, encabezado por el General José María Córdova; los húsares de Junín y legión peruana junto a otros tres batallones, liderados por el General La Mar; los granaderos y húsares de Colombia, con el General Guillermo Miller; y en reserva los batallones Rifles, Vencedor y Bargas, de la primera division de Colombia, al mando del señor General Jacinto Lara.
Este hecho no fue previsto por los realistas, quienes se avalanzaron desde el Cerro de Condorcunca en una especie de línea recta, contra la división de Córdova y la caballería de Miller, las cuales supieron capitalizar la premura del ejército español.
Tras más de cuatro horas de lucha, José de Canterac recibió a uno de los patriotas, quien ofrecía una capitualción, que fue aceptada luego de varias horas.
La noticia llegó a oídos del Libertador, Simón Bolívar, quien para entonces residía en Lima, capital de Perú, celebró la victoria, que significó la última batalla por la emancipación suramericana.
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