Entre la Historia y el olvido, se acercan las elecciones uruguayas
8
Con un candidato de izquierda que va por su segundo periodo y dos candidatos de derecha con importantes historias familiares, se decidirá el futuro de la república que fuera llamada "La Suiza de América".
El 26 de Octubre los ciudadanos de la República Oriental del Uruguay (ROU) vuelven a las urnas para elegir quien será presidente los próximos cinco años, se pone sobre la mesa la continuidad de un proyecto socialista que ha logrado algunos pasos firmes pero también ha recibido críticas y las promesas de un modelo de derecha “renovada” que pretende dejar de lado los apellidos de los dos principales candidatos de oposición.
El furor electoral no es de extrañar, la huella de más de una década de la dictadura militar está fresca en la memoria uruguaya desde el golpe militar de 1973 que impuso como presidente de facto a Juan María Bordaberry.
Con el golpe vino un modelo político que prohibió los partidos políticos y los sindicatos al tiempo que aplicó duras medidas de control y censura que orillaron al exilio a personajes de la talla de Eduardo Galeano, Mario Benedetti y Alfredo Zitarrosa. El exilio de cientos de miles por los crímenes del gobierno impuesto por las fuerzas armadas popularizó la frase de un graffiti en la Ciudad Vieja: “El último [en irse] que apague la luz”.
En 1984 se celebraron elecciones democráticas por primera vez en 12 años, ya en esa ocasión el pueblo se volcó a las urnas en un 88 por ciento, pero eligiendo como presidente a Julio María Sanguinetti, actor importante en la transición hacia la paz, con tan solo el 30 por ciento del total de los votos.
“En general se siente como un ejercicio de la democracia que entusiasma a casi todos, sobretodo a la gente que le tocó vivir la dictadura” comenta Alejandra Flores, maestra de educación básica, “después están los otros, los más jóvenes, a los que parece que no les importa demasiado”.
El de las nuevas incorporaciones al padrón electoral es el sector al que se vuelcan los actuales candidatos, pues asciende a 250 mil votantes que nacieron en una era digital y para quienes no queda del todo claro que el padre del candidato del partido Colorado, Pedro Bordaberry, propició el golpe militar; y que el del candidato Nacional, Luis Lacalle Pou, estuvo implicado en la venta irregular del Banco Pan De Azucar que le costó al país más de 400 millones de dólares y benefició directamente a su madre, Julia Pou.
El tercer candidato compite con los tres colores del partido oficial Frente Amplio (FA) y ya se sentó una vez en el sillón presidencial, el oncólogo Tabaré Vázquez dirigió al que los uruguayos llaman afectuosamente el paisito de 2004 a 2005, tras ganar en primera vuelta con un 51 por ciento de los votos y hacer famosa la frase: “Festejen uruguayos, festejen que la victoria es de ustedes”.
Las pasadas elecciones, que tuvieron como ganador al Frenteamplista José Mujica, resultaron históricas al ser las primeras en las que los tres principales partidos ya habían ocupado la presidencia. Si bien el FA no se logró la victoria en primera vuelta, en el ballotage (que entró en la constitución Oriental en 1994) Mujica logró un 54 por ciento contra el 45 del Nacionalista Luis Lacalle, padre del actual candidato del mismo partido.
Las elecciones de la última semana de Octubre parecen presentar un panorama cada vez más reñido ante el lento pero seguro aumento de popularidad de Luis Lacalle Pou frente a Tabaré Vásquez quien aún así tiene una preferencia de voto de 42 por ciento contra 32 del Nacionalista, lo que indicaría una reñida segunda vuelta en la cual el 15 por ciento de los votos que originalmente obtendría el candidato Colorado definirán la contienda.
“Lo de Pepe fue un milagro que no se volverá a repetir, a muchos no nos gusta Tabaré, pero vamos a votar al Frente [Amplio] porque cualquier otra opción es el acabose”, dice Paola Gericke, diseñadora quien tras estar exiliada en México volviera al país durante el periodo presidencial de Mujica.
MUNDO