Reflexiones... para un mundo plural Volumen 2, número 5 Septiembre 2014 | Page 17

Guadalupe Canseco

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Psicóloga

Terapia Individual, de Pareja y Familiar

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San José Insurgentes

México, D.F.

Reflexiones/Septiembre 2014 17

Queridos amigos amigas el tema que hoy abordaremos es el de la resiliencia, ¿por qué? y más bien para ¿qué hablar de resiliencia en estos tiempos? Este término ha llamado la atención y ha sido utilizado por teóricos en psicología como Cyrulnyc, Bowlby entre otros. Es un término que de manera general tiene que ver con la capacidad de una persona de sobreponerse a las adversidades a los “traumas” de manera sorprendente y adaptativa. Cuando nos referimos a este término también es importante hablar de los distintos tipos de apego que tuvieron las personas durante la infancia. Enlazaremos resieliencia y apego como ¿determinantes de la felicidad?

La psicología estudia de forma tradicional el comportamiento de las personas que enferman, que sufren o viven una situación dolorosa ante las exigencias del medio. Desde la enfermedad y salud física, como de la enfermedad y salud psíquica, cuando observamos a personas que a pesar de estar inmersas en condiciones estresantes y patológicas (de trauma) no enferman, las personas que se esfuerzan más por encontrar y trabajar sobre los aspectos de la vida que les permite ser felices. Y que más que preguntarse un por qué a mí? Encuentran en cada momento un para qué a mi…

En 1946 se estudio y se describió la evolución de 123 niños recogidos tras los bombardeos de Londres “niños abandonados y privados de afecto”, 19 murieron por falta de afecto y 23 se convirtieron en personas débiles y delincuentes, esto es, enfermaron como consecuencia de la experiencia traumática vivida. Sin embargo, nadie se preguntó por qué, ni cómo los 81 niños restantes que sufrieron el mismo tipo de trauma lograron desarrollarse a pesar del horror impreso en sus memorias.

"Resiliencia" es una palabra que proviene del inglés, es utilizada en física para expresar la cualidad de ciertos materiales de resistir a los impactos. Etimológicamente proviene del latín salire, que podemos traducir como "saltar hacia atrás, rebotar, ser repelido, surgir", con el prefijo "re", que indica repetición, reanudación. "Resiliar" es entonces, rebotar, reanimarse, ir hacia delante después de haber padecido un golpe o vivido una situación traumática

Cyrulnik (2001) utiliza, para entender el fenómeno de la resiliencia, el concepto de "oxímoron", palabra en la que re-une dos términos con sentidos opuestos para generar un nuevo significado: la "oscuridad claridad", un "maravilloso sufrimiento", el "sol negro" de la melancolía, ya que considera que es necesario ver el problema desde sus dos caras. Como parte de un todo y no de una separación de lo vivido.

Cómo se forma la resiliencia del niño. Esta se construye en la relación con el otro, la resiliencia se teje desde la comunicación intrauterina, desde la seguridad afectiva de los primeros meses de la vida, y más tarde, desde la interpretación que el niño da a los acontecimientos de la vida, enlazando un proceso íntimo con el entorno social. La madre es la primera suministradora de satisfacción de las necesidades del niño, es el primer objeto de amor y de protección frente a los peligros externos. Algunas de las funciones de la madre dentro de esta interacción con su bebé son: moderar la angustia que surge como reacción inicial frente a la adversidad traumática, ayudarlo a adaptarse al medio extrauterino, mediar entre el medio social y el bebé para neutralizar los estímulos amenazantes y conformar una base de seguridad .Esta es la relación de apego seguro y que sirve de base para la construcción de resiliencia, aunque un apego del tipo inseguro se puede corregir con buenas experiencias futuras en la relación con "un otro" que funcione como pilar de resiliencia: Autoestima consistente, introspección, independencia, capacidad de relacionarse, iniciativa, sentido del humor, creatividad, moralidad y capacidad de pensamiento crítico.

Todos podemos hacernos y ser resilientes a través de volver a unir dentro de lo posible, las partes de la personalidad que fueron destrozadas por el trauma. Para volverse resiliente, es necesario encontrar los recursos internos, cuál es el significado del trauma para uno, y cómo nuestra familia, nuestros amigos y nuestra cultura colocan alrededor del herido recursos externos que le permitirán retomar un tipo de desarrollo más sano y armonioso. En este punto la figura del tutor de resiliencia toma una importancia significativa ya que podría ser una persona, un lugar, un acontecimiento, una obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra al niño y que asume para él el significado de un modelo de identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente de un profesional. Un encuentro significativo puede ser suficiente.

Cuando como sociedad comprendamos bien cómo siguen haciendo los niños abandonados por distintas problemáticas sociales de guerra, violencia, narcotráfico, pobreza etc. para convertirse en adultos plenamente desarrollados, probablemente cambiaremos nuestro modo de cuidar y educar a nuestros niños, y nuestra concepción de lo que es y cómo se construye la felicidad.

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Resiliencia y apego

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