Maria Sklodowska, más conocida por Marie Curie, fue una química y física polaca (posteriormente nacionalizada francesa) pionera en los estudios sobre la radiactividad natural. Sus trabajos ampliaron nuestros conocimientos sobre la física nuclear, y se convirtió en la primera persona en recibir dos premios Nobel. Trabajó en un mundo de hombres y se ganó la admiración y el respeto de todos sus colegas.
La radiactividad natural existe
en el Universo desde su origen.
Está presente en la Tierra e
incluso en los seres vivos.
La radiación que emiten los
cuerpos es invisible, pero su
interacción con otros materiales
puede medirse con una gran
sensibilidad y precisión.
El origen de la radiactividad se
debe a que los átomos que
constituyen la materia suelen
ser -en general- estables.
Pero algunos de ellos se transforman espontáneamente (pierden alguna de sus partes) y emiten radiaciones que transportan energía. El descubrimiento de la radiactividad natural constituyó una verdadera revolución del pensamiento científico, que alteró nuestro modelo del universo e inauguró toda una nueva rama de la física. Marie Curie fue una de las responsables de esta revolución.
Sus contribuciones a la ciencia le valieron dos Premios Nobel. De hecho, fue la primera mujer en obtener un premio Nobel y también la primera en obtenerlo dos veces, en dos campos diferentes. El primer galardón recibido fue el Premio Nobel de Física, en 1903, junto a Henri Becquerel y su marido Pierre Curie, “en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel”.