Ranking exportadoras santafesinas Octubre 2024 | Page 36

El complejo petrolero crece y desplazó al automotriz del segundo lugar en el ranking.

Se amplía la oferta exportable, pero la agroindustria sigue siendo la número uno, con la soja como líder.

NOTA DE TAPA. RANKING DE  EXPORTADORAS

NOTA DE TAPA. RANKING DE  EXPORTADORAS

Los efectos más dramáticos de la sequía que sacudió a la campaña agrícola 2022/ 23 quedaron atrás. La agroindustria, principal tractor de las exportaciones argentinas, volvió en el último año a sus volúmenes promedios de producción y ventas al exterior, aunque en ese regreso encontró un mercado internacional más pesado, con sobreoferta y precios planchados. Un contexto que marida mal con una política económica que, luego de la devaluación de diciembre, limitó la posibilidad de ganar competitividad por la vía cambiaria o a través de una rebaja de las retenciones.

Este escenario tensiona a la cadena agrocomercial y le resta dinamismo a sus negocios, pero al mismo tiempo hace un aporte a un cambio tendencial en el comercio exterior: la creciente participación del petróleo, el gas y la minería en las exportaciones.

Los nuevos exportadores

El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) mostró que el complejo hidrocarburífero se convirtió en la segunda cadena exportadora del país, desplazando a la industria automotriz. Toda una foto del mapa de ganadores y perdedores que asoma en los nuevos tiempos de la economía.

Según el organismo, las exportaciones de petróleo y gas sumaron u$s 5.123 millones en el primer semestre de 2024, un 26% más que en el mismo período del año anterior y un récord para la serie histórica que se inició en 2002. El incremento exponencial de la producción en Vaca Muerta y la construcción de infraestructura de transporte también se refleja en la baja de las importaciones de hidrocarburos. El resultado fue que el saldo de la balanza comercial energética pasó a ser favorable. Cerró así una histórica canilla de salida de dólares del Banco Central, que además metía más presión a la agroindustria en su solitaria tarea de conseguir divisas para pagar esas cuentas.

Con un superávit de u$s 2.602 millones en la primera mitad del año, el sector petrolero ya representa más del 13% de las ventas del país al mercado externo. Desde muy atrás, pero al galope, pide pista a la minería. Oro y plata pican en punta, con ventas al exterior por u$s 1.531 millones y una participación del 4% en la oferta exportable total. El litio, en cambio, tropezó con la baja de precios internacionales y redujo un 30% el monto vendido.

La expansión de estas nuevas fronteras cambia la geografía económica. Es conocido el caso de las más de 300 empresas santafesinas que se lanzaron a conquistar estos mercados de la economía extractiva, “exportando” sus bienes y servicios a la Patagonia, Cuyo y el NOA.

La Patagonia vendió 20,4% más al exterior en el primer semestre, por las mayores ventas del sector petrolero petroquímico (38,1%), y de los complejos oro y plata. Impulsada por la minería, Cuyo registró una suba interanual de 16,8%. La región pampeana, en el mismo período, vendió 11% más.

La soja inoxidable

Una amplia oferta de producciones extensivas e intensivas, orgánicas, minerales y vinculadas a la economía del conocimiento, transforma la paleta exportadora. Pero ninguna tomó aún suficiente sopa como para desplazar al complejo agropecuario y a la región pampeana de su liderazgo. Posición que se mantuvo incluso durante la peor sequía de la historia y que se sostiene pese a que los precios globales están volviendo a los mismos niveles que mostraban antes de que China sacudiera el mercado mundial, allá en los comienzos del siglo, con su violento aumento en la demanda de commodities.

A pesar de la caída del 21% en las cotizaciones, el agro generó el 60% de las ventas en la primera mitad del año, tal como lo destacó un informe de los economistas Bruno Ferrari, Natalia Marín y Julio Calzada, de la Bolsa de Rosario. La recuperación fue tan drástica como había sido la caída por el drama climático. La actividad creció 60% y las exportaciones llegaron a u$s 22.905 millones.

De los diez complejos que más exportaron en la primera mitad de 2024, siete son agroindustriales. Y la cadena sojera, con todos sus años y problemas en la mochila, sigue cumpliendo como un Ford Falcon con la economía argentina. En ese mismo período vendió productos al exterior por u$s 9.760 millones, un 25,7% más.

Por una combinación de factores “exógenos”, como los problemas sanitarios del maíz, el aumento de los costos de producción y la incertidumbre climática, la soja comenzó a recuperar área sembrada después de varios años de retroceso. En esta campaña podrían cosecharse 55 millones de toneladas.

Esa proyección se realizó en el seminario anual de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), realizado recientemente en la Bolsa de Comercio. Durante buena parte del encuentro se debatió cómo aprovechar esta coyuntura para volver a convertir al sector en aquel imperio que fue hasta hace diez años.

Los CEOS de las grandes industrias aceiteras advirtieron, en ese marco, sobre un mundo hostil, en el que se acumulan stocks, se desacelera la demanda y los competidores toman la delantera. Un mercado que asiste, según coincidieron en señalar, al fin del superciclo de precios de los commodities. La bioenergía y la certificación de prácticas sustentables para diferenciar mercados aparecen como dos oportunidades de supervivencia. Y la baja de retenciones, así como un apoyo parecido al que el Estado nacional le dispensa al petróleo, el gas y la minería, se consolida como el gran reclamo sectorial.

Después de la sequía

Esta agenda es de alto impacto en Santa Fe. El repunte de 62% interanual en la molienda de soja, después de la sequía, le dio a la producción fabril de la provincia el único brote verde en el año: la suba de 7,2% que mostró en julio el índice manufacturero que elabora Fisfe. Sin este aporte, hubiera caído 6,5%.

La restauración climática le permitió recuperar músculo a la segunda provincia exportadora del país, luego de hundirse 40% en 2023. En siete meses de este año, sus exportaciones crecieron 12,4%, hasta los u$s 8.299,4 millones. En volumen, el salto fue mucho mayor, del 44,5%, a 15,6 millones de toneladas. Ocurrió que los precios cayeron 22% interanual.

Casi el 80% de las ventas correspondieron a manufacturas de origen agropecuarios, que subieron a u$s 6.543,6 millones, un 14,2%. Le siguieron los productos primarios, con exportaciones por u$s 939,9 millones, un 36% más que el año anterior. La industria exportó 41,6% más en volumen, pero por un valor 41,8% menor. Cerró el semestre en u$s 734,9 millones, un 17,6% menos que durante el golpeado 2023.

La dominancia del complejo soja quedó en evidencia con el liderazgo que tuvieron las harinas, pellets y aceites de ese grano en las exportaciones de manufacturas agropecuarias, y el biodiesel en las industriales. En este último caso, se registró un aumento interanual de 117% en cantidades y 68,1% en valor. En productos primarios, el maíz fue la estrella.

La ruta oleaginosa define también el ranking de los destinos. En montos, India encabezó las compras de productos santafesinos, fundamentalmente aceite de soja en bruto, y se llevó el 9,6% de la oferta exportable. China se situó en el segundo lugar, concentrando el 9,3% de los envíos. En tercer lugar quedó Brasil, un mercado que cayó 21,4% y participó con el 7,6% del total. En este caso, productos lácteos, trigo y harina de trigo nutrieron los embarques.

La restricción externa y la recesión fueron minando el boom importador de los años 2021 y 2022. A nivel nacional, las compras al exterior cayeron 9,6% en 2023 y se hundieron 26,3% en lo que va de 2024. En Santa Fe, las importaciones registradas en las cinco aduanas de la provincia acumulan u$s 3.197,1 millones en siete meses, un 43% menos en la comparación interanual.

Casi el 68% del monto importado por la provincia corresponde a soja. De Paraguay, fundamentalmente, llega el poroto para moler en las plantas locales y por eso ese país fue el principal proveedor de Santa Fe, por u$s 2.069 millones en el período enero - julio. La mayor producción local redujo un 45% interanual el valor de esas compras. Brasil es el segundo vendedor al mercado santafesino, con el 15,9% de participación.

Las perspectivas

Por el repunte de las exportaciones y el derrumbe de las importaciones, el intercambio de bienes argentinos con el exterior mostró hasta el mes de agosto un saldo comercial positivo superior a los u$s 14 mil millones. Estimaciones oficiales y privadas apuntan a que el año cerraría con u$s 21 mil millones de superávit.

Pese a que esa cifra se ubicaría entre los máximos de los últimos 15 años, las reservas netas del Banco Central no levantan. Entre la patria petrolera que trata de nacer y la industria que pelea para no morir, la sospechosa de siempre, la soja, aguanta los trapos de una economía en crisis y atrapada en la meseta exportadora. Los nuevos sectores extractivos crecen y ganan participación, por obra del mercado y de mucho apoyo estatal. Pero, por ahora, los dólares siguen llegando desde la vaca viva. Aun con precios bajos, retenciones y una nueva sequía al acecho.

Por ÁLVARO TORRIGLIA

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