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Plan de Estudios
SEMANA 1 SEMANA 2
Como ya se habrán dado cuenta, la temática de esta
edición es la salud mental. Es por ello que el estudio
bíblico de las próximas semanas girará en torno a esta
materia. En este sentido la primera pregunta que surge
es ¿En la Biblia se menciona o evidencia qué piensa
Dios de la salud mental de los seres humanos? Bueno,
intentaremos dar respuesta juntos a esta pregunta
basándonos principalmente en las evidencias bíblicas
acerca del tema. Ahora bien, como ya señalamos anteriormente nos
encontramos en un estado de desequilibrio mental y
es en esta lógica que Pablo nos señala en Romanos
12.2 “No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de su mente. Así
podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena,
agradable y perfecta”.
Comencemos desde el principio, Génesis 1.26-31 nos
muestra como la humanidad fue creada y Dios evidenció
que aquello creado era bueno en gran manera. Así
mismo, observamos en Génesis 1 y 2 que la humanidad
tenía una relación con Dios, estrecha y Dios cuidaba de
sus necesidades, habían sido bendecidos por Dios. No
obstante, en el capítulo posterior, el pecado ingresa y
desde allí comienza el desequilibrio en todas las esferas
del ser humano. El pecado trajo consigo la primera
secuela mental: la vergüenza, como reflejo psíquico de
la separación espiritual que se dio entre la humanidad y
Dios.
• Lee con atención Génesis 1 y 2.
De esta manera, la salud mental desde la Biblia tuvo
un momento de apogeo, donde se encontraba en
completo equilibrio y bienestar, donde el centro de
la humanidad estaba en Dios y por ello todo en el
ser humano funcionaba en armonía. Sin embargo,
pecamos y el pecado trajo perturbación a la mente
humana. Lo anterior, también se observa en la
escritura en Romanos 1 cuando Pablo habla de cómo
el ser humano deliberadamente ha pecado y no ha
reconocido a Dios como tal, lo cual trajo como efecto
una mente reprobada, que nos lleva a hacer aquello
que nos daña, aquello que no nos conviene, no
obstante, persistimos.
• Lee Romanos 1 e intenta ver qué diferencias hay
entre el modelo de humano creado en el génesis,
versus el hombre que describe Pablo.
En el pasaje anterior, se pueden observar tres elementos
relevantes.
• En primer lugar, la mente sería la que nos permite
comprobar la voluntad de Dios e internalizarla de
manera correcta.
• En segundo lugar, la mente puede ser renovada, o sea
podemos salir de la condición de perturbación mental.
• En tercer lugar, señala “sean” transformados, habla
de un proceso constante, no de que fueron o que serán,
sino que declara “sean transformados”. Esto evidencia
que el cristiano no fue renovado mentalmente al
100% el día que creyó en Jesús como Señor y Salvador,
sino que es un estado en el que debemos estar
constantemente, siendo transformados por medio de
la renovación de nuestra mente.
Igualmente, Efesios 4: 17-24 hace un llamado a vivir un
proceso de renovación de nuestra mente, precisamente
porque ésta está dañada por el pecado propio o ajeno.
Hemos aprendido malos modelos de relacionamiento,
hemos sido heridos y hemos herido a otros, hemos
caminado en la vanidad de nuestra mente. Es por ello
que, la Biblia hace un llamado a vivir en salud mental, una
salud mental que es conducida por el Espíritu Santo, la
escritura nos dice “dejen que el Espíritu les renueve los
pensamientos y las actitudes.”
• Lee Efesios 4: 17-24 e intenta auto examinarte
respecto a qué conductas debes empezar a renovar
para ser más como Cristo.
En consecuencia, la perturbación mental no es algo
exclusivo de las patologías mentales severas, sino
más bien, un estado de vulnerabilidad del ser humano
producto del pecado original.
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