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De acuerdo con un estudio proporcionado por la OMS cerca del 50% de los problemas de salud mental se inician a mediados de la adolescencia, y tres cuartas partes a mediados de la década de los veinte años, siendo los más comunes los trastornos de depresión y ansiedad, ambos se presentan mayormente durante la edad adulta y vejez de las personas. Los índices muestran que más de 300 millones de personas sufren de depresión a nivel mundial. En Chile 844.253 personas mayores de 15 años padece depresión, es decir, el 5% de la población en nuestro país padece este terrible mal, mientras que el 6,2% de la población padece ansiedad. ¿Qué implican estas patologías? La depresión se caracteriza por causar un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar distintas actividades. La depresión produce en la persona que pierda el interés y el sentido de vivir y en casos extremos la depresión conlleva a tener deseo de suicidio. Por otra parte, la ansiedad es cuando una persona se caracteriza por presentar una preocupación, miedos intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas de la vida. Es posible que esta produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio. Sobre la depresión en particular la profesional Beatriz Urrutia expresa que “es de conocimiento público que Chile lidera a nivel mundial con un alto nivel de depresión, siendo esta una de las enfermedades mentales más frecuentes y esto a su vez está relacionado con el aumento de los suicidios, sobre todo en los adolescentes, que es un tema preocupante para el país y cada vez se presenta en edades más jóvenes”. La Biblia y la depresión ¿Puede una enfermedad como la depresión hacer una persona menos cristiana que los demás? ¿Qué solución tenemos como hijos de Dios cuando pasamos por esos momentos en donde parece que las tinieblas nos están ganando? Lo cierto es que la depresión no es algo nuevo para el pueblo de Dios. Algunos críticos sugieren que gobernantes o profetas como Moisés, David o Jeremías pasaron por momentos de depresión. Si leemos Salmos 28:1-3, efectivamente vemos el Rey David expresándose de forma casi depresiva, notamos como este rey conforme al corazón de Dios, está pasando por un momento de profunda angustia frente a los enemigos que están atacándolo. Asimismo, algunos críticos liberales sugieren que el profeta Jeremías escribió los dos libros bajo una fuerte crisis depresiva. 12 Aun así, la palabra depresión no comparece en la Biblia y nosotros no tenemos elementos para decir que efectivamente tanto David como Jeremías u otros autores, profetas o reyes pasaron por momentos de depresión. Por lo tanto, revisaremos un caso especial en el Nuevo Testamento. Pedro fue uno de los discípulos de Jesús reconocido por la cercanía que tuvo con Jesús y todas las circunstancias que vivió con Él. Pedro fue uno de los primeros que lo reconoció como el Cristo y es una de las figuras más importantes dentro de la expansión de la iglesia. Por todo lo anterior, es fácil pensar que alguien como él no se encontraría expuesto a padecer problemas o crisis mentales. Pero vemos que no es tan así. De acuerdo a la reconstrucción que hizo el pastor y estudioso bíblico, John MacArthur, no pasaron ni dos años desde que reconoció al Cristo para que Pedro pasara por el momento más complicado de todo su ministerio: la negación. La negación de Pedro, es reconocida por los teólogos como uno de los momentos más oscuros y más fuertes de su vida, pero pese a este episodio, Pedro logró salir adelante e impulsar la iglesia por medio del mensaje de Jesús. Pero, si hacemos un acercamiento a la situación actual del mundo y un símil a las cifras de la primera parte de este artículo, ¿qué hubiera pasado si el momento oscuro de Pedro hubiera concluido en el suicidio? O ¿si se hubiera simplemente alejado de Dios por miedo y vergüenza? Como se relata en la Biblia, ninguna de las dos circunstancias ocurrió y Pedro permaneció en el Señor. ¿Cuántas veces pasa hoy en día que, como cristianos, olvidamos la fidelidad de Dios por sentir culpa, tristeza, depresión o ansiedad, y por el contrario, nos sentimos indignos de ser usados por Él? El relato bíblico enseña que Dios es fiel, pese a nuestra imperfección. Es importante ser conscientes de que cuando caemos en depresión o en momentos de crisis profunda, nuestra mirada tiene que estar puesta en Cristo, y si es nuestro hermano el que está sufriendo, como iglesia estamos llamados a acompañarlos también. Somos parte del mismo cuerpo, unidos en un solo Espíritu, y en una sola fe. En tiempos oscuros de trastornos mentales, Dios también está presente y es responsabilidad de toda la iglesia, recordarle a quien sufre que Dios es más grande que cualquier otra cosa, de la misma manera que lo haríamos con cualquier otra dolencia. #RflexMag