UNA AMISTAD
ETERNAL
ANDRÉS SANDOVAL C.
l origen etimológico más reconocido sobre la
palabra “amistad”, proviene del latín amicĭtas,
o amicus que significa amigo y deriva de
amare, del verbo amar. Pero si lo pensamos
con palabras más sencillas, una definición más sencilla
de la amistad implica una relación afectiva entre dos o
más personas.
E
Ahora, si te invito a que pienses en tus amigos y su
amistad, primero, ¿cuántos amigos tienes? Algunos de
ustedes pueden decir tener muchos amigos, otros dirán
que con suerte pueden contarlos con los dedos de sus
manos y quizás algunos de ustedes podrán decir que en
algún momento tuvieron muchos amigos, pero que con
el tiempo y las circunstancias solo se quedan con unos
pocos.
Detengamos y recordemos lo que digo Jesús sobre la
amistad, y cómo definió a sus amigos: “Y éste es mi
mandamiento: que se amen los unos a los otros, como
yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el
dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos
si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos,
porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo;
los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le
oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”.
Juan 15:12-15 (NVI).
¡Esto es tremendo! Siempre Jesús logra llevar cualquier
concepto que entendamos como bueno bajo nuestro
estándar humano, otro nivel.
El mandato que nos da Jesucristo se puede traducir a
que seamos amistosos, que hagamos amigos y amemos
a todos. Aquí no hay condicionantes y no se espera
reciprocidad: se trata de amar incondicionalmente y sin
esperar nada a cambio. De la misma manera que Dios lo
hizo:
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda,
sino que tenga vida eterna”.
Juan 3:16 (NVI).
Entendiendo este sacrificio, te invito hoy a
corresponder este sacrificio de amor. “Nosotros
amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Juan
4:19). Acércate hoy a Dios conócele, Él quiere que no te
pierdas este amor y la vida eterna.
Y si ya le recibiste, crees en Jesús como tu Salvador y le
aceptaste como tu Señor, entonces la pregunta es ¿eres
amigo de Dios?
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