Son muy importantes, Dios nos creó como seres sociales.
No nos creó para ser apartados de los demás, ni para
ser seres solitarios. Es muy complejo y triste vivir así. El
relacionarnos con otros nos proporciona crecimiento,
aprendemos a relacionarnos con nuestros semejantes.
Entablar relaciones interpersonales en nuestra vida es
algo muy básico y fundamental.
¿Qué importancia tiene nuestra infancia en este
proceso de aprendizaje?
Las vivencias nos marcan. Si en el entorno familiar a un
niño no lo dejaban o pinar o expresarse de alguna forma,
entonces en las siguientes etapas de su desarrollo, le
va a resultar cuesta arriba poder expresar lo que piensa
o siente. El entorno en el cual nos desarrollamos ejerce
mucha influencia en nuestras etapas futuras, nos marca
para bien o para mal y si es para mal, debemos buscar la
forma de cambiarlo, transformarlo.
Beatriz comenta que la salud mental y emocional de
una persona, dependen en gran medida de cómo ésta
se relaciona con otros. Asegura que “las relaciones
interpersonales son muy complejas. Por ejemplo, si
estoy en un matrimonio carente de respeto y muy
violento, donde por situaciones poco significativas
una persona agrede verbal o físicamente a su pareja,
esto va perjudicando mi autoestima y mi ansiedad.
Muchos estudios muestran que el principal causante de
cáncer proviene del estrés. En resumen, el como yo me
siento física y mentalmente va a depender de cómo me
relaciono con otro”.
¿Qué ocurre con el resto de los contextos que nos
rodean, como la universidad o el trabajo?
Indudablemente las relaciones inadecuadas con otros
pueden incidir en la calidad de nuestro trabajo. Existen
ambientes laborales muy tóxicos y esto tiene que ver
con el hecho que las relaciones interpersonales están
muy a flor de piel. Esto puede mermar tu trabajo porque
de alguna forma no estás tranquilo. Puede producirte
problemas emocionales, por consiguiente, bajas tu
productividad.
Sin lugar a dudas podemos decir que es difícil. Solo con
su ayuda y nuestra disposición podemos lograrlo. Jesús
nos pide perdonar; realmente nos liberamos cuando lo
hacemos y mi relación con la persona cambia. Al momento
de ser heridos, hay un quiebre, pero cambia cuando
disponemos en nuestro corazón perdonar. Primeramente,
por un acto de obediencia a nuestro Señor, quien nos
perdonó sin merecerlo, y en segundo lugar para sentirnos
bien con nosotros mismos.
Beatriz cree que para los cristianos es necesario
diferenciarse del resto en la forma en la que logran
solucionar los conflictos con otros. “Los que no conocen a
Dios podrían llegar a la ofensa o agrediendo al otro, pero
como cristianos debemos evitar esto, y si en nosotros
hay conductas inadecuadas, pedirle ayuda al Señor para
que trate esa área específica en nosotros. Es por ello que,
para la sana convivencia y comunicación con nuestros
semejantes, es vital tener comunión con el Señor,
alinearnos a Él, meditar en su palabra cada día y procurar
cumplirla. Buscar que el Señor se refleje en nosotros”,
dice la profesional.
¿Cómo podemos lograr tener relaciones
interpersonales sanas?
Desde el punto de vista como creyente, se traduce en
tener comunión con Dios. Solo de esta manera puedo
cumplir con lo que él demanda de mí. Como no creyente,
desde el punto de vista psicológico, se traduce en el cómo
recibo y digo las cosas. Porque todo lo que guardamos
luego se transforma en el interior de nuestro corazón.
Incluso algunos estudios demuestran que muchas
enfermedades son debido a emociones no expresadas.
En resumen, es sano poder conversar y decir las cosas, y
sobre todo saber expresarlas de buena forma, esto nos
permitirá tener buenas relaciones.
Buscar que el Señor se refleje en nosotros
Constituye un tema principal en la vida de un cristiano
relacionarse de la forma más sana posible con nuestro
prójimo, pero no siempre es lo que se da entre los
cristianos de la Iglesia actual.
Basándonos en el ejemplo de Jesús ¿Cómo debemos
relacionarnos con otros?
12
#RflexMag