QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 73
u padre seguía con la consola.
Más y más alucinante.
No se atrevió a interrumpirle. Despeinado, feliz,
medio histérico, moviéndose como si tuviera un ataque
de epilepsia, su progenitor le daba febril a los mandos.
Dejó que superara una vez más su récord. Ya estaba
en un millón y medio de puntos. Una pasada. Jamás
hubiera imaginado que un adulto consiguiera algo así.
Creía que no tenían bastantes neuronas, o reflejos, o las
dos cosas a la vez. Pero sí. Ahí estaba la prueba.
—¡Un millón quinientos nueve mil doscientos
setenta y cinco! —cantó el hombre, feliz como un niño
con zapatos nuevos.
—Papá… —metió baza Felipe antes de que
empezara otra partida.
—¿Qué? ¿No ves que estoy jugando?
¿De qué le sonaba eso a él?
Lo mismo que decía cuando sus padres le
interrumpían.
Se dio cuenta de lo desagradable que era.
—Papá, oye, que esto ya… Bueno, quiero decir
que… Es que verás… —no había forma de que
S