QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 6
n el momento de abrir los ojos, Felipe se quedó
mirando el techo.
Había una mancha de humedad desde hacía
algunas semanas. Cosas de vivir en el último piso. Lo
curioso era que la mancha de humedad tenía forma de
indio, con plumas y todo. Un inmenso penacho. La
cara, de perfil, desde luego pertenecía a un gran jefe.
Nariz grande y poderosa, de patata, labios enormes y
ojos penetrantes. Él le llamaba Águila Negra. «Águila»
por las plumas y «Negra» porque la mancha era oscura,
y en la penumbra de la habitación todavía más.
—¡Jao! —saludó a su compañero.
Águila Negra siguió tal cual.
Felipe se incorporó y miró la hora en el reloj digital
de su mesita de noche.
Las nueve y cuarenta.
¿Las nueve y cuarenta?
¡Las nueve y cuarenta!
No pudo creerlo. Era tardísimo. ¿Por qué su madre
no lo había despertado? Vale, el cole había terminado
hacía tres días, pero ella, como mucho, a las nueve ya
le ponía en pie con su batería de argumentos: que si se
E