QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 142
a primera en llegar fue su madre. No tocaron el
tema hasta que, media hora después, aterrizó en
casa su padre. Entonces sí, con su lista entre las
manos, Felipe se quedó en la puerta del comedor
esperando que ellos aparecieran.
Primero temblaba como un flan.
Luego no. Los nervios desaparecieron.
Por lo menos aquella pesadilla acabaría ya mismo.
—Vaya —dijo ella—. Tienes ganas de que acabe
la huelga, ¿eh? Con lo bien que me lo estaba pasando
yo.
—Puedes seguir pasándotelo bien —le dijo Felipe
—. Nadie te impide que hagas gimnasia, pintes o tomes
el sol en la terraza —obvió el biquini—. Ni que todo
fuera culpa mía.
Su madre le revolvió el pelo con cariño.
—Ya estoy aquí —anunció su padre—. ¿Nos
sentamos?
Se sentaron en el comedor, en sus respectivas
sillas. Felipe no sabía qué hacer, pero ellos sí.
—Primero tu lista —le pidió el cabeza de familia.
Se la dio.
L