QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 12
u madre estaba en la terraza de la galería
haciendo…
—Mamá, ¿qué haces?
—Pues gimnasia.
Felipe abrió los ojos.
¿Gimnasia?
Su madre tenía cuarenta años, era alta, todo el
mundo decía que muy guapa, ojos grandes, nariz
perfecta, cabello largo y negro, buena figura. Su padre
la adoraba. A veces la miraba y le soltaba a él:
—Tienes la madre más preciosa del mundo.
Se querían, claro.
Ahora su madre hacía gimnasia.
Allí, en mitad de la terraza, luciendo un ajustado top
y unos pantaloncitos, a la vista de todo el mundo,
porque había casas más altas que la suya. Se estiraba
por aquí, se estiraba por allá, brazos, piernas, hacía
flexiones, inspiraba, soltaba el aire y así una y otra vez.
Agotador.
Y además tan inútil.
Él hacía lo mismo pero jugando al fútbol, y así se
divertía.
S