Pasaron muchos días, y las palabras se deformaron por el tiempo, adquirieron significados que no tenían, eran pronunciadas por otras personas y cada quien se vio en la soledad del espejo, hablando de cosas que no entendían:
-¿A qué sabe?, ¿me das tantito?, ¿quieres jugar conmigo? son preguntas que surgían en tiempos de ocio, cuando la curiosidad no era mal vista y aceptaba sin complicaciones sí o no por respuesta, nunca las dos al mismo tiempo, nunca ninguna. El problema con la curiosidad inició con los malvados que siempre atentos a los demás decían “¿ya viste, por qué preguntó eso?”, poco a poco pervirtieron la inocencia…
-No te preocupes hijo, llegas, le entregas la flor y le dices “feliz día del amor y la amistad” –Papá, es que me da pena –No, que no te dé pena, no vas a hacer nada malo, le vas a alegrar el día – ¿Que tal si no me dice nada o no quiere la flor? –Mmm, no te preocupes, sólo dale la flor sin decirle nada, y ya que la tome te vas corriendo….
-Años después, se dieron cuenta de lo que había hecho y se sintieron orgullosos, ¿cómo era posible? se enteraron por extraños que su padre era poeta y que sus obras seguían perturbando a un grupo de fieles seguidores que en su juventud amaron con sus palabras…
-En animada conversación sentenciaba que el pudor ya no existe, decía entre fumarolas que las personas desconocían el significado de esa palabra y que cada día somos más cínicos y menos sutiles; después de mucho, coincidieron en que su reflexión sólo era parte del eterno conflicto generacional… ¿qué es el pudor? ¿No andar desnudo en la calle?, ¿no hacer públicas mis perversiones?, ¿tener ganas y quedarme con ellas para evitar el qué dirán?, ¿usar sostén y tanga?, ¿será sinónimo del buen gusto, parte de la buena educación?... al parecer tenía razón, nadie sabe:: “Honestidad, modestia, recato”.
-La locura es la única enfermedad que se cura sola. Por eso me enfermo y me curo, me enfermo y me curo, me enfermo y me curo, me enfermo y me curo, me curo, me curo, me curo para volverme a enfermar…
-Decía que si culminaba su misión, iba a cambiar la historia de la humanidad; buscaba dos cosas: lo más podrido y un filtro para purificarlo…
-Hay personas a las que no les gusta nada, hasta que encuentran lo que les gusta…
- Sí, en este mundo hay dos tipos de personas: la gente buena que no hace mal y tampoco bien; la gente que se atreve a hacer lo que no hace la gente buena, ¡ahhh y los malvados! que viven de la gente buena y de los atrevidos, ríen y lloran, añoran y desean, no son quienes dicen ser.
-El párpado le saltaba una y otra vez mientras recordaba lo rico que sabe, sus risas aturdían, se le escapaban, no las podía contener, estaba feliz, estaba vivo, sólo con imaginar…
Diálogo de Locos. Marzo de 2014.