puño & letra Winter 2018 | Page 20

La jugada sucia: Las mujeres pitan falta sobre la diferencia salarial F útbol profesional femenino es un deporte inmensamente trivializado y subestimado. El reconocimiento de parte del público palidece al compararse con la sangre, sudor y lágrimas que estas jugadoras excepcionales vierten cada vez que pisan una cancha. Hay una discriminación silenciosa en este deporte que se enmascara detrás de una excusa sobre una diferencia de ingresos y ganancias. Aunque esto siempre ha sido un problema incesante e inquebrantable, no es sorprendente que sólo ahora estén recibiendo su arduamente ganado reconocimiento de esta discrepancia salarial entre los géneros. El equipo nacional de fútbol femenino de los Estados Unidos ha maravillado continuamente a sus fanáticos y a todo el país, pero aún no logra superar esta evidente falta de pago que resulta en millones de dólares de salario insuficiente. Esto no solo hace que las jugadoras se sientan menospreciadas o insignificantes—sienten que sus talentos y habilidades para desempeñar son inferiores a sus homólogos—sino que también les presenta situaciones de convivencia muy problemáticas. Muchas se enfrentan a una lucha interna de compromiso. Sus deseos y sueños de ser jugadoras profesionales se enfrentan con la necesidad de mantener un entorno de vida saludable mientras reciban un ingreso tan bajo. Vivir del fútbol no se puede sin una compensación adecuada. texto: MADDIE MORLAND diseño: ELISE GELLMAN El problema apenas ahora sale a la luz pública. El evento que influyó en esta epifanía fue cuando el febrero pasado la organización de Fútbol de EE.UU. presentó una tutela legal contra la validez del convenio colectivo del equipo. Cinco jugadoras estelares también declararon una demanda judicial sobre la discriminación salarial a finales de marzo de 2016. Entre las jugadoras que figuran en esta queja están la portera Hope Solo, las co-capitanes Carli Lloyd y Becky Sauerbrunn, la delantera Alex Morgan y mediocampista Megan Rapinoe. Ellas aseguraron que se ganan apenas el 40% de lo que reciben los jugadores de la Selección Nacional Masculina de EE.UU. Las mujeres del equipo tricampeón del mundo ganan sus partidos, pero se ven obligadas a acudir a la corte para que puedan ganar un salario justo. En su deposición legal, Hope Solo expresó fuertemente “Nosotros somos las mejores en el mundo, tenemos tres campeonatos de la Copa Mundial, cuatro campeonatos Olímpicos.” Siguió el reproche señalando que a los hombres todavía se les paga más “solo por aparecer [en los partidos] que nos pagan por ganar grandes campeonatos”. Aunque hayan puesto tanta energía en su intento de cambiar el juego y la industria, la oposición jurídica presentó varios obstáculos y trabas, haciendo aún más agotadora esta lucha por la igualdad. Los oficiales del fútbol estadounidense contestaron con dura crítica a las afirmaciones de las jugadoras durante una conferencia telefónica, donde