texto: LUNA ABADÍA
arte: TALIA VALDEZ
Las grietas
ens
Se dice que en tiempos de crisis, el sentido
de sufrimiento comunal es lo que une a las
personas. Pero esta vez, con la pandemia global
del coronavirus, estamos enfrentando niveles
de discriminacion sin precedentes entre los
afectados.
Estados Unidos se ha dividido entre los que
tienen privilegio y a quienes les falta. Los que
están viviendo esta disparidad a mayor nivel
son nuestras poblaciones hispanas.
Cuando analizamos los casos en Nueva
York y Oregon, es aparente lo cuan
desproporcionadamente desigual que son los
efectos del virus. En la ciudad de Nueva York, un
epicentro del contagio, los latinos representan
el 29% de la población y un sorprendente 34%
de los fallecidos. Mientras tanto los blancos,
aunque representan 32% de la población,
marcan un porcentaje del total de la mortalidad
menor al 27%.
Enfocándonos en el estado de Oregón, más
del 30% de los que dieron resultado positivo
para COVID-19 son hispanos aunque abarcan
solo la mitad de la población. ¿Por qué nos
enfrentamos con este nivel de disparidad?
Hay muchos factores
que hay que tener en
cuenta: la brecha
económica y la de acceso
a la atención médica,
la división sistemática
entre los sectores laborales
físicos e intelectuales,
la vulnerabilidad de la
vivienda e incluso las
dificultades comunicativas de
idioma para los que no hablan
inglés. En cuanto a los trabajos,
muchos de los que están disponibles
para los hispanos no ofrecen acceso
a cobertura médica o no son labores
que se pueden hacer remotamente.
Las viviendas multigeneracionales suelen
acelerar el despliegue del virus por la
dificultad de aislarse físicamente en un espacio
compartido. En cambio, otros ni siquiera tienen
la oportunidad de permanecer seguros en casa.
Aún no existen buenas medidas gubernamentales
para apoyar a nuestras poblaciones
inmigrantes, así que muchos se encuentran
escogiendo entre cuidar su propia salud o