España demuestra el mismo patrón que hemos
visto aquí en Portland. En las últimas semanas de
marzo, la Dirección General de Tráfico registró
una caída del 14 por ciento en el tráfico, lo cual
podemos inferir ha resultado en un mejor índice
de calidad de aire.
permitido mejorar la visibilidad y la sanidad
del aire. La Secretaría de Ambiente del Distrito
señaló que del cuatro al siete de abril los niveles
de concentración de material particulado
registrados a través del Índice Bogotano de
Calidad del Aire se mantuvieron dentro de la
escala numérica designado como saludable.
Por la reducción de actividad humana, la
concentración de contaminantes se redujo en un
81%, en promedio.
El COVID-19 es la alarma estridente llamando
la atención sobre nuestra dependencia en el
combustible fósil contra la que el movimiento
del cambio climático está luchando. La agencia
internacional de energía pronostica que la
demanda global por los productos petroleros
caerá este otoño debido a la contracción de su
uso en China, lo cual representó 80% del uso
global el año pasado. También por primera vez
en la historia, el valor del petróleo cayó debajo de
cero en el mercado bursátil. Tanta inestabilidad
argumenta a favor de la transformación de
nuestra manera de generar energía hacia otra
forma de energía limpia con mayor impactos
positivos en el medio ambiente.
El virus nos ha proveído evidencia poderosa
que demuestra claramente la conexión entre
los humanos y nuestro planeta. Después,
cuando regresemos a la vida normal tenemos
la oportunidad de cambiar cómo interactuamos
con el medio ambiente. La Organización
Meteorológica Mundial (OMM) advierte sobre
una posible subida extrema de las emisiones
una vez que termine la emergencia, tal y como
ocurrió después de la crisis financiera del 2008.
En la capital de Colombia a comienzos de abril,
los bogotanos vieron por primera vez en mucho
tiempo los picos nevados del Tolima y del Ruiz.
En vez del opresivo gris que típicamente cubre la
ciudad, las condiciones meteorológicas debidos
a la inactividad causada por COVID-19 han
Mientras la ventana de oportunidad para limitar
el daño podría durar una cuestión de apenas
semanas para el COVID-19 y por los próximos
años para el cambio climático, ambas causarán
cientos de miles y hasta millones de muertes en
todo el mundo a menos que se tomen medidas
urgentes.
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