texto: LUNA ABADÍA
arte: JIWON LIM
Las voces detrás del tapabocas
testimonios de nuestra experiencia global
Pánico. Incertidumbre. Agotamiento. Vulnerabilidad.
Son los sentimientos con los que se está
encarando la gente alrededor del mundo en este
mismo momento. Para muchos, se siente como un
horizonte sin certezas.
A principios del 2020, éramos un mundo más global
que nunca. Cada segundo, más de un millón de
viajeros se encontraban en los cielos, a bordo de
aviones. Cientos de millones de niños estudiaban
sentados en salones de clase. Las familias salían a
restaurantes para apreciar los sabores de diversos
países. Cada día, miles de personas compartían
el mismo aire en estadios llenos de espectadores,
gritando y saltando. Muchos más vivían sin estos
privilegios, pero con la motivación para persistir.
Nuestro mundo ansiosamente en movimiento,
nuestro avance frenético hacia un “más” indefinido,
nuestra gigantesca bola giratoria fue, repentinamente
e inesperadamente, detenido.
Vietnam
Mona Schraer experimentó las medidas fuertes e
inmediatas que Vietnam implementó a finales de enero.
Sintiendo la amenaza de la cercanía de China, el gobierno
rastreó a cada caso, trasladando los infectados a hospitales
especiales, y después buscó a cada persona con quien el
infectado vino en contacto. Este grupo, llamado F1, y los
que se vinieron en contacto con ellos, F2, y hasta el nivel
F3 fueron puestos en cuarentena. El gobierno empleó las
redes sociales y los medios informáticos para informar al
público de la ubicación de los infectados, incluyendo los
F1 a 3. A comienzos de mayo, este país de 95 millones de
personas sólo tenía 270 casos, y ningún muerto. Ahí fue
que Mona Schraer pudo regresar a trabajar.
Schraer comparte que al principio, sentía mucho miedo
de que su familia fuera llevada a la cuarentena, y decidió
que se iba a quedar callada si alguien se enfermaba. Pero
después, su mentalidad cambió. “He llegado a pensar de
En mayo, escribí una encuesta preguntando sobre
las experiencias personales relacionadas con la
pandemia del coronavirus, y la publiqué en las
redes sociales. No tenía grandes expectativas, solo la
esperanza de poder recopilar unas cuantas historias
y perspectivas. Así que me sorprendí al ver como
mis preguntas se esparcieron y de repente tenía 30
respuestas desde 14 países alrededor del mundo.
Entre ellas, he recopilado de los testimonios algunas
semejanzas interesantes y puntos claves. Aunque
muchos compartieron sobre el sufrimiento que
han vivido, también son fuertes ejemplos de como
la resiliencia humana y la positividad traen luz a la
oscuridad.