puño & letra Summer 2019 | Page 9

No hay que decirlo dos veces: a los Estados Unidos no le gusta Nicolás Maduro. Por un lado, puede ser que él tenga la responsabilidad por el hambre que sufre un gran porcentaje de venezolanos, y que haya manipulado las elecciones recientes. Por otro, no se puede olvidar que él controla una de las reservas petroleras más grande del mundo, de gran interés a la nación norteamericana. Casi todos los países de Latinoamérica expresaron su aprobación hacia Maduro similar a la de los Estados Unidos y Canadá. Con excepción de México, El Salvador, y Bolivia, el hemisferio occidental rápidamente reconoció a Guaidó como el presidente. Por su parte, la Unión Europea declaró que Venezuela debería convocar elecciones nuevas para resolver el conflicto entre Guaidó y Maduro. Después de algunas semanas, la mayoría de los países individuales de Europa terminaron aceptando a Guaidó como el nuevo mandatario. Algunos países más autocráticos como Cuba, Rusia, China, Turquía, Irán y Siria siguen apoyando a Maduro. ¿Será porque quieren respetar los resultados de elecciones y el predominio de la ley o porque no les gusta la influencia de los Estados Unidos y quieren legitimar a otros países autocráticos? ¿Quién dirá?, pero parece que hablan con las mejores intenciones aún si actúan con las peores. China en particular tiene más de 20 billones de dólares invertidos en la industria petrolera de Venezuela, y reclama que los perderá si Maduro no está en poder para mantener la ‘paz’. Cuando el Presidente Trump declaró que Rusia debería sacar sus tropas del país para mantener la civilidad, Putin respondió que se quedarían cuanto tiempo fuera necesario. Mientras tanto, tengamos en mente que a ninguno de estos países les importa realmente nada la condición de los mayores afectados de la situación: la gente de Venezuela. Los Estados Unidos habla como si les importara, pero en realidad lo que quiere es su petróleo y más influencia sobre el país. Rusia y China actúan como si quisieran apoyar a alguien justo, aún si buscan legitimar generalmente a regímenes autocráticos. Es improbable que pase nada de inmediato. Maduro todavía controla las fuerzas militares. Por el momento, siguen corriendo lentamente con él. Además, la crítica y las sanciones internacionales impiden que el actual mandatario ejerza demasiado poder. Imagina lo que pasaría si EEUU decidan usar la CIA para un golpe de estado y instalen a Guaidó como presidente (algo parecido a nuestras acciones en Irán en 1953). Entonces Guaidó tendría menos credibilidad que Maduro en los ojos de la comunidad internacional. Las fuerzas geopolíticas suelen anularse entre sí, entonces es más probable que las cosas sigan iguales a como van al momento. O, ¿es que todo podría cambiar mañana? Por ahora, las protestas en contra del presidente siguen sin acción política y vale repetirse que la crisis en Venezuela no es nada nuevo. 9