Violentos,
drogadictos
y
delincuentes es como los llama
la sociedad, que piensa que es
una de las peores pesadillas
que se vive. Las palabras de los
padres de familia lo dice todo.
Son muchas las cosas terribles
que pasan a diario a los que nos
acostumbramos. Nuestras vidas
y las de nuestros hijos corren
peligro. Se enfrentan día a día
contra las tentaciones de la calle.
Hay cocaína y marihuana en cada
esquina de nuestros barrios.
Hasta la fecha, las barras han
evolucionado de una manera
muy fuerte y peligrosa para la
población a quien afectan. Tienen
mucho poder por la asociación y
comunicación que se tienen con
algunos miembros de las maras
más poderosas y fuertes de todo
Centroamérica,
las
famosas
pandillas internacionales la 18 y
la 13.
Actualmente estas maras han
establecidos varias reglas que
afectan mucho a la población. Por
órdenes suyas, Los integrantes
deben dedicarse a cobrar
impuestos y participar en asaltos,
El dinero mal conseguido se usa
para comprar materiales para sus
mantas, pinturas, instrumentos,
y armas para estar preparados
para los enfrentamientos con sus
enemigos y las autoridades.
Hoy en día, tanto las maras como
las barras se han salido del control
de las manos del presidente, entre
otras personas encargadas de
combatir contra la delincuencia.
variedad de causas. Abandonados
por sus familias y por la
economía, abundan las razones
para asociarse o caer en este
tipo de vida. Otros muchas veces
cometen errores como cualquier
otro ser humano.
Salir de la barra no es nada fácil,
porque retirarse le puede costar
la vida. Dentro o fuera, siempre
cargarán con sus problemas,
además de los recuerdos del
pasado que les afectara mucho en
sus conciencias. Es por eso que
la gran mayoría de los miembros
deciden morir dentro de ellas.
Ser barrista no es fácil. En el
exterior del Estadio Nacional de
Tegucigalpa, los aficionados de la
Ultra Fiel, del Olimpia, y la Revo
del Motagua coinciden en una
idea: los acecha el peligro por la La realidad es que los estadios y
barra rival, la policía y el resto de las barras han sido y siguen siendo
las pandillas contrarias.
la familia y hogar para muchos
de estos jóvenes. Las sinceras
Las maras marcan sus territorios, palabras del líder de una de estas
donde nadie puede entrar sin pandillas declara, “No tenemos
la autorización de uno de los control de nuestros futuros y
gatilleros - guardias armadas - si tenemos menos oportunidades
lo hacen tendrán que pagar las para lograr un futuro mejor.
consecuencias violentamente.
Muchos de nosotros hubiésemos
deseado tener una mejor vida”.
Ser parte de una de las barras no No se arrepiente de lo que hace,
garantiza la seguridad de nadie.
pero no era ese el tipo de vida
que él deseaba.
Los integrantes lo hacen por una
23