texto: CHARLOTTE HANDICK
arte y diseño: PIPER CHRISTOPHER
Superando la epidemia
del estrés estudiantil
El estrés agudo
Todos sentimos estrés en nuestras
vidas diarias: ese sentido de
mariposas en el estómago cuando
nos damos cuenta que dormimos
tarde; esa sensación de pánico
cuando recordamos que hemos
olvidado de hacer una tarea
importante; la tensión que crece
con cada minuto que seguimos
atascado en el tráfico.
Estos
sentimientos
menores
de
estrés,
llamados
“estrés
agudo” por los psicólogos, son
generalmente de corta duración y
relacionados con algo específico.
Sí son desagradables, pero estos
estresores también pueden ser
beneficiosos para la salud y
prepararte para enfrentar desafío
mayores.
Fisiológicamente,
el
cuerpo se alista para enfrentar una
amenaza potencial, aumentando la
frecuencia cardíaca, las reacciones
inmunológicas, el flujo de oxígeno
al cuerpo y la producción de la
hormona cortisol. Estos cambios
son positivas en pequeñas dosis, y
cuando no se repiten demasiado. Te
ponen más alerta y pueden mejorar
el rendimiento físico y mental.
El estrés crónico
Otro tipo - el estrés crónico - es más
serio y puede generar una variedad
de peligros y riesgos. El estrés
crónico es la respuesta del cuerpo
a la presión emocional sufrida
durante un período prolongado
de tiempo en el que una persona
percibe que tiene poco control.
Cuando el cuerpo está puesto bajo
esta tipo de presión, la frecuencia
cardíaca, la presión arterial y los
niveles de hormonas del estrés
también se aumentan. Pero si estos
cambios físicos son duraderos,
contribuyen al deterioro de la salud
a largo plazo. En algunos casos
resultan en depresión, problemas
cardíacos, debilitación del sistema
inmune, e incluso en la muerte
temprana.
El estrés crónico en las escuelas
Estas condiciones se vuelven
particularmente
preocupantes
cuando se toma en cuenta
la cantidad de estrés que los
estudiantes sufren en la escuela.
Un estudio reciente en la revista
académica Frontiers in Psychology
encontró que 49% de los estudiantes
de secundaria reportan sentir
altos niveles de estrés a diario. Los
estudios también han encontrado
que esta elevada cantidad de estrés
es causada en parte por la falta de
autonomía de los estudiantes en el
salón de clase; sienten que tienen
muy poco control sobre su propia
educación. Además está la presión
por mantener un buen promedio
de notas (el famoso GPA) y
por participar en actividades
extracurriculares, sin contar con
cualquier otra situación que pueda
suceder en la vida diaria.
La presencia constante de estos
factores estresantes produce estrés
crónico, que afecta no solo a la
salud física, sino también la salud
mental. Hace que sea más difícil
aprender y concentrarse, y en casos
severos, obliga al estudiante a lidiar
con la ansiedad o la depresión.
Estos problemas de salud mental
suelen agravar los problemas
académicos ya severos causados
por el estrés crónico. La depresión
y la ansiedad pueden fomentar
un entorno en el que prosperan y
crecen los sentimientos de estrés
severo.
Cómo superarlo
Estos problemas graves de salud
que comienzan en la escuela
pueden durar el resto de la vida
de los estudiantes. Para combatir
eficazmente esta epidemia, se
deben hacer cambios no solo
personales sino al mismo sistema
escolar. El estrés causado por las
escuelas tiende a disminuirse si
les ofrecen a los estudiantes, y si
les animan a usar, recursos como
consejeros y psicólogos y clases
de mindfulness. El estrés también
puede ser reducido si los estudiantes
reciben más control sobre el