de Texas reveló que “el 77% de las
autoridades locales, estatales y nacionales
perciben el trato de personas como algo
raro o inexistente en sus comunidades..
casi el 70% del estado y los fiscales
locales no veían el tráfico de personas
como un problema en sus jurisdicciones,
y sólo el 7% de los encuestados había
procesado un caso desde 2000” [4] .
Sin la intervención de las autoridades
legales, como sociedad demostramos
que tácitamente estamos acuerdo con el
tráfico sexual en su totalidad. Debemos
reconocer que es un problema en nuestra
comunidad, y que requiere acción y
reconocimiento.
Muchas veces cuando interviene la
policía, las víctimas son acosadas o
encarceladas mientras los traficantes
quedan libres con nada más que una
advertencia. Esto desestabiliza aún más
a la víctima y permite que el traficante
continúe traficando. Más importante
aún, oprime más a las víctimas.
Establece la idea de que estas niñas son
las que están haciendo algo mal y que la
policía está trabajando en su contra. Un
sobreviviente dijo “nunca tuve un oficial
de policía que me ofreciera recursos.
Sabía que no podía recurrir a ellos
porque siempre me acosaban. No eran
mis aliados. No hubo diálogo. Nunca me
preguntaron si estaba bien o segura” [6] .
Así es como las mismas personas que han
jurado servir y proteger a la comunidad
están activamente trabajando contra
las abusadas. Pero no se detiene allí.
Un estudio en Chicago encontró que
“el 24% de las mujeres en prostitución
que comentaron haber sido violadas
declararon que un oficial de policía era el
perpetrador” [5] .
Comprensiblemente, las mujeres que
son traficadas temen a la policía. No
creen que ellos las van a ayudar y no
quieren arriesgar que las sigan abusando.
Además, si las víctimas son arrestadas,
su verificación de antecedentes impide
que puedan recibir vivienda o empleo
alternativo, manteniéndolas vulnerables
y dependientes de su traficante. El acceso
a la vivienda es crítica, ya que permite
a las mujeres escapar de su traficante
y recalibrarse. Hay que ofrecer a estas
mujeres el apoyo que necesitan para
salir de esta vida, y tan pronto como sea
posible. Sin embargo, hacerlo requiere
la contribución y el liderazgo de toda
una comunidad, ya que hay muy pocas
oportunidades para intervenir.
Los maestros, terapeutas, autoridades
legales, proveedores de cuidado de
niños, servicios de protección infantil,
patrocinadores de justicia social,
proveedores de atención médica y los
padres tienen la oportunidad de apoyar y
empoderar a las mujeres y las niñas tanto
antes que entren en el trabajo sexual o si
actualmente son objetos del tráfico. Los
maestros, los proveedores de cuidado
infantil y los profesionales médicos en
particular pueden actuar como figuras
adultas que ayuden a detectar señales de
abuso en el hogar. Desde ese momento,
pueden asegurarse que la joven tenga
un lugar seguro adonde ir o alertar a los
agentes de CPS (Servicios de Protección
al Menor, por sus siglas en inglés) que
que conecten a los padres con recursos
para apoyar y estabilizar a las familias
durante o después del trauma [6] .
Con la educación correcta para estas
muchachas, la esperanza es que no
sentirán la necesidad de escaparse o
pensar que el sexo es su única opción
para la estabilidad. Las víctimas del
tráfico sexual a menudo no pueden dejar
a su traficante por un largo período de
tiempo. En los momentos que sí están
separados es debido a una emergencia
médica o cuando los coge la policía. Esto
da a los profesionales médicos y a las
fuerzas del orden público la importante
oportunidad de ser aliados para estas
mujeres y conectarlas con los recursos
que necesitan, incluyendo pero no
limitados a programas de adicción a
drogas y alcohol, terapia para traumas
anteriores, y vivienda y empleo.
Según The Life Story, una plataforma para
elevar las voces de los sobrevivientes,
“no hay un momento mágico cuando
una mujer deja la vida, ni hay un solo
individuo o sistema responsable de
hacerlo posible” [6] . Todos tenemos el
poder de hacer algo, el poder de ser un
aliado. Si todos actuamos juntos para
levantarnos y apoyar a estas víctimas,
podemos hacer grandes cosas. Tenemos el
poder de construir empatía y conciencia.
Tenemos el poder de involucrar y apoyar
a las víctimas. Tenemos el poder de crear
vías de empleo alternativas. Pero para ello
debemos trabajar en conjunto por todas
las plataformas para comprender mejor,
desestigmatizar, apoyar y empoderar a
aquellos que han sido explotados para
que puedan alcanzar todo su potencial.
fuentes citadas:
1. “About the Problem Home • About the
Problem.” Human Trafficking Center,
humantraffickingcenter.org/problem
2. “Human Trafficking Awareness Month - Take
Action Now.” Sha red Hope International,
sharedhope.org/human-traffficking-
awareness-month
3. “Human Trafficking.” Human Trafficking,
www.humantraffickinged.com
4. “Human Trafficking Statistics.” The
Phoenix Charity, thephoenixcharity.org/
human-trafficking-statistics
5. Raphael, J., & Shapiro, D., (2002). Sisters
Speak Out: The Lives and Needs of Prostituted
Women in Chicago, A Research Study. The
Center for Impact Research
6. “The Life Story.” The Life Story, thelifestory.org
7. Volunteers, F4C’s. “Human Trafficking Facts
& Stats.” Force 4 Compassion, www.f-4-c.org/
slavery/facts.asp
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