puño & letra Summer 2018 | Page 13

de Texas reveló que “el 77% de las autoridades locales, estatales y nacionales perciben el trato de personas como algo raro o inexistente en sus comunidades.. casi el 70% del estado y los fiscales locales no veían el tráfico de personas como un problema en sus jurisdicciones, y sólo el 7% de los encuestados había procesado un caso desde 2000” [4] . Sin la intervención de las autoridades legales, como sociedad demostramos que tácitamente estamos acuerdo con el tráfico sexual en su totalidad. Debemos reconocer que es un problema en nuestra comunidad, y que requiere acción y reconocimiento. Muchas veces cuando interviene la policía, las víctimas son acosadas o encarceladas mientras los traficantes quedan libres con nada más que una advertencia. Esto desestabiliza aún más a la víctima y permite que el traficante continúe traficando. Más importante aún, oprime más a las víctimas. Establece la idea de que estas niñas son las que están haciendo algo mal y que la policía está trabajando en su contra. Un sobreviviente dijo “nunca tuve un oficial de policía que me ofreciera recursos. Sabía que no podía recurrir a ellos porque siempre me acosaban. No eran mis aliados. No hubo diálogo. Nunca me preguntaron si estaba bien o segura” [6] . Así es como las mismas personas que han jurado servir y proteger a la comunidad están activamente trabajando contra las abusadas. Pero no se detiene allí. Un estudio en Chicago encontró que “el 24% de las mujeres en prostitución que comentaron haber sido violadas declararon que un oficial de policía era el perpetrador” [5] . Comprensiblemente, las mujeres que son traficadas temen a la policía. No creen que ellos las van a ayudar y no quieren arriesgar que las sigan abusando. Además, si las víctimas son arrestadas, su verificación de antecedentes impide que puedan recibir vivienda o empleo alternativo, manteniéndolas vulnerables y dependientes de su traficante. El acceso a la vivienda es crítica, ya que permite a las mujeres escapar de su traficante y recalibrarse. Hay que ofrecer a estas mujeres el apoyo que necesitan para salir de esta vida, y tan pronto como sea posible. Sin embargo, hacerlo requiere la contribución y el liderazgo de toda una comunidad, ya que hay muy pocas oportunidades para intervenir. Los maestros, terapeutas, autoridades legales, proveedores de cuidado de niños, servicios de protección infantil, patrocinadores de justicia social, proveedores de atención médica y los padres tienen la oportunidad de apoyar y empoderar a las mujeres y las niñas tanto antes que entren en el trabajo sexual o si actualmente son objetos del tráfico. Los maestros, los proveedores de cuidado infantil y los profesionales médicos en particular pueden actuar como figuras adultas que ayuden a detectar señales de abuso en el hogar. Desde ese momento, pueden asegurarse que la joven tenga un lugar seguro adonde ir o alertar a los agentes de CPS (Servicios de Protección al Menor, por sus siglas en inglés) que que conecten a los padres con recursos para apoyar y estabilizar a las familias durante o después del trauma [6] . Con la educación correcta para estas muchachas, la esperanza es que no sentirán la necesidad de escaparse o pensar que el sexo es su única opción para la estabilidad. Las víctimas del tráfico sexual a menudo no pueden dejar a su traficante por un largo período de tiempo. En los momentos que sí están separados es debido a una emergencia médica o cuando los coge la policía. Esto da a los profesionales médicos y a las fuerzas del orden público la importante oportunidad de ser aliados para estas mujeres y conectarlas con los recursos que necesitan, incluyendo pero no limitados a programas de adicción a drogas y alcohol, terapia para traumas anteriores, y vivienda y empleo. Según The Life Story, una plataforma para elevar las voces de los sobrevivientes, “no hay un momento mágico cuando una mujer deja la vida, ni hay un solo individuo o sistema responsable de hacerlo posible” [6] . Todos tenemos el poder de hacer algo, el poder de ser un aliado. Si todos actuamos juntos para levantarnos y apoyar a estas víctimas, podemos hacer grandes cosas. Tenemos el poder de construir empatía y conciencia. Tenemos el poder de involucrar y apoyar a las víctimas. Tenemos el poder de crear vías de empleo alternativas. Pero para ello debemos trabajar en conjunto por todas las plataformas para comprender mejor, desestigmatizar, apoyar y empoderar a aquellos que han sido explotados para que puedan alcanzar todo su potencial. fuentes citadas: 1. “About the Problem Home • About the Problem.” Human Trafficking Center, humantraffickingcenter.org/problem 2. “Human Trafficking Awareness Month - Take Action Now.” Sha red Hope International, sharedhope.org/human-traffficking- awareness-month 3. “Human Trafficking.” Human Trafficking, www.humantraffickinged.com 4. “Human Trafficking Statistics.” The Phoenix Charity, thephoenixcharity.org/ human-trafficking-statistics 5. Raphael, J., & Shapiro, D., (2002). Sisters Speak Out: The Lives and Needs of Prostituted Women in Chicago, A Research Study. The Center for Impact Research 6. “The Life Story.” The Life Story, thelifestory.org 7. Volunteers, F4C’s. “Human Trafficking Facts & Stats.” Force 4 Compassion, www.f-4-c.org/ slavery/facts.asp 13