texto: MISAEL ROSALES
diseño: HILARIO GONZALEZ
Sin sacrificio
no hay victoria
Jimmy Chan- pexels
La plática
Todo comenzó una tarde con
una plática con mi mamá sobre
las posibilidades de regresar a El
Salvador. Mis hermanas estaban
viviendo allí y las extrañaba mucho.
Al mismo tiempo, ella pensaba en
mi futuro, como cualquier madre
que quiere lo mejor para sus hijos.
mamá. Estaba muy nervioso y no
tenía ninguna idea de lo que venía.
Llegué a la casa y mi mamá me
estaba esperando en la sala. No tuve
tiempo de entrar a mi cuarto porque
me hizo sentar enfrente de ella.
Comenzó a contarme que ella había
asistido a una corte del gobierno, y
me quedé callado porque no sabía
exactamente para qué habría hecho
esto.
Me dijo que necesitaba tiempo para
pensar las cosas un poco más.
Ahí fue que me explicó que
teníamos que regresarnos a El
Al día siguiente la vi muy Salvador porque había una orden
preocupada y pensativa. Le pregunté de deportación a nuestro nombre.
si estaba bien o necesitaba algo y su El vuelo salía al día siguiente a las
respuesta fue, “hablamos cuando seis de la mañana.
regreses de la escuela, ¿ok?”. No me
quedó otra opción de esperar hasta No tenía palabras para decir nada.
que volviera.
Solo alcancé a murmurar, “está
bien”.
La verdad no podía concentrarme
en mis clases por andar todo el Entonces empezamos a empacar.
dia pensando en qué me diría mi No entendía por qué estábamos
en un caso legal si no teníamos
problemas. Ahí fue donde me entró
la curiosidad y me puse a revisar los
documentos de la corte.
Pues no había ninguna orden de
deportación, sino una solicitud de
salida voluntaria para regresar a
El Salvador. En pocas palabras mi
mamá me había mentido. No sé por
qué no me dijo nada. A lo mejor
pensó que era lo mejor para mí.
Pero no pensó en mi futuro. Como
saben, en El Salvador hay muchos
problemas de economía, de
delincuencia organizada, violencia
y corrupción. Yo no quería volver.
No le dije nada y mejor terminé
de empacar mis cosas. Después
me acosté y me relajé. Al final me
pareció que existían dos opciones.
La primera: no hacer nada, regresar
a El Salvador. La segunda: hacer