Los peregrinos de Aztlán
texto y arte: MAYA FIALLOS
diseño: ELISE GELLMAN
A
hí en medio
de las gentiles
aguas tibias del
lago Texcoco, después
de varias generaciones
explorando como nómadas
un mundo amarillo de arena
y sol, los de Aztlán vieron a
una majestuosa águila encima del
nopal con una serpiente fuertemente
sujetada en su pico. Era la señal de los
dioses que les habían urgido aventurarse
a encontrar una nueva gloria. Estableciéndose
en esa isla fundaron Tenochtitlán, hoy conocida
como Ciudad de México.
Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán. No
sé si soy la única, pero demasiadas veces me he
preguntado cuál es la historia detrás de las siglas
MEChA. Movimiento estudiantil se refiere a una
unión nacional de estudiantes, de escuela intermedia
hasta la universidad. Gente conocida por motivar y crear
movimiento dirigido por jóvenes. Chicano en el pasado se refería
a personas de orígenes o descendientes mexicanos del territorio
ahora llamado EE.UU. Cabe notar que el día de hoy incluye a
todos aquellos en el país comprometidos a la causa.
Pero... ¿y por qué Aztlán...?
Aztlán era el paraíso Mexica. Para algunos una ciudad perdida
o un lugar místico. La mayoría de veces era descrita como una
pequeña isla, un mundo lleno de riquezas y diversidad cultural,
para ellos su fortuna más grande era la naturaleza. Vivían en un
clima tropical con la gentil sombra de sus árboles. Se dice que
los pájaros cantaban sus melodías todo el dia, dandole pulso a la
ciudad. Aquellos flotando en las canoas podían ver a un mundo
de peces pequeños y grandes de múltiples colores nadando en el
agua cristalina color turquesa. Las garzas de un tupido y hermoso
plumaje blanco recorrían las orillas del lago surtiéndole a la
ciudad los sobrenombres “el lugar de las garzas” o “el lugar de la
blancura”. Nunca les hacía falta nada, en Aztlán eran inmortales.
Siete tribus llegaron a Aztlán de diferentes partes de Norteamérica.
Cada una habitaba su parte de la inmensa cueva dentro de la única
colina en la isla. Por eso “el lugar de las siete cuevas”. También era
conocido
c o m o
Chicomostoc,
tan repleto de
significado
este
espacio idílico y sagrado
que se multiplicaban los nombres.
Con el tiempo se dieron el
nombre de los nahuatlacas
y vivieron en armonía por
muchos ciclos hasta que un tirano entre las tribus excomulgó
a todos no perteneciente a la suya. O éso dicen algunos, entre
una abundancia de versiones. Ahí comenzaron su migración
hacia el centro de México. Los peregrinos se tomaron dos siglos
en llegar a su nuevo hogar. Residían en diferentes regiones
por largos periodos de tiempo, igual como habían hecho sus
ancestros antes de llegar a Aztlán. Hay quienes trazan la línea de
estas divagaciones sobre el mapa de lo que algún día era México,
pero ahora devorado por el imperio estadounidense comprende
California, Nuevo México, Arizona y más. Los deportables de
hoy habrán sido los dueños y patrones de antaño.
Ahí en medio del lago Texcoco, vieron su señal y hicieron de esa
tierra suya. Tenochtitlan fue erigida con el propósito de emular
a Aztlán, y crearon una hermosa ciudad con arquitectura que
aún sorprende. ¿Pero por qué Aztlán? Porque Aztlán representa
a migrantes, personas que aman su patria a toda costa. Gente
que tiene que irse para encontrar una vida mejor, para escapar
la muerte joven. Aztlán porque migraron y construyeron su
imperio a pesar de los conflictos. Aztlán porque ninguna tribu
fue suficiente para destruir a muchas etnicidades, al igual que el
dia de hoy un color no puede aplastar a muchos. Aztlán porque
fue el primer hogar Mexica y el que inspira una nostalgia casi
mística.
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