puño & letra Spring 2016 | Page 19

De voz en voz, la historias empezaban a brotar lentamente. Como si el robo a migrantes por parte de los policías, el constante acoso y violencia antes mujeres, o los sobornos por parte de los coyotes viviera en cada momento del presente: dejando una cicatriz irremediablemente permanente. Aunque las pláticas podían ser dolorosas, la atmósfera se aligeraba por unos instantes mientras los cuerpos bailaban ante el compás de la música. Una canción unía a tantos individuos de distintos países, y a la humanidad que recae en cada uno de ellos. Por un momento, la falta de patria desapareció. Una cifra oficial para medir la cantidad de migrantes que cruzan la frontera de México/EE.UU. cada año es realmente inexistente. Hacer un aproximado sería una burla a los tantos hermanos que se han quedado atrás; desaparecidos. Para hacer las aguas menos turbulentas se encuentran distintos albergues a lo largo del viaje hacia lo frontera México/EE.UU. lo cual crea una oportunidad más para poder llegar al destino final. Los albergues se encargan de ofrecer comida, vestimenta, aseo personal y un techo por los días que los migrantes deseen hospedarse. Poco a poco cada uno recogió su semblante para poder dirigirse de nuevo a mar abierto. Los recuerdo a todos despidiéndose desde el autobús con sonrisas firmes, y miradas directas. Cada arruga de su cara marcaba un paso más en su viaje hacia la frontera. “Ningun ser humano es ilegal.” 19