puño & letra Spring 2016 | Page 12

SOMOS NOSOTRES texto: Kira McNeil diseño: Elise Gellman arte: wikicommons Soy mujer, y me siento orgullosa de serla. Pero cuando estoy entre amigas digamos siete mujeres y un solo hombre - ¿por qué nos llamamos “amigos”, y nos referimos de “nosotros”? La mayoría del grupo somos mujeres. Deberíamos ser amigas, ¿no? Somos nosotras. Pero no. La presencia de un solo hombre cambia todo. ¿Por qué? Como todos sabemos, en el mundo hay una larga historia de machismo, una ideología que promueve la idea que la mujer es inferior al hombre. Por siglos, las mujeres no podían trabajar, ni votar, y en casos extremos ni podían salir de la casa sin ser acompañadas por un hombre. En la época de la creación del idioma castellano, y hasta el día de hoy, uno de los peores insultos para un hombre es que le comparen a una mujer o niña. Qué conveniente entonces que cuando hay un hombre entre un grupo de mujeres, todo el grupo se cambia a un pronombre que se refiere a él. A las mujeres se les convierte en el plural “nosotros” para no hacerle sentir emasculado al hombre. ¿Por qué? El pronombre debería depender de la mayoría de la gente adentro del grupo, ¿no? Obviamente, este método podría ser problemático en grupos grandes, grupos de cientos o miles. De repente, es difícil saber el género con el cual la mayoría del grupo se identifica. Algunas feministas hispanohablantes han propuesto la creación de un pronombre neutro. Sophia Gubb, una bloguera inglesa que ha vivido en España por casi diez años, es una de las pioneras de esta idea, y ha recibido mucho reconocimiento de la comunidad latina. Ella inventó el pronombre inclusivo “élle”, una mezcla de los pronombres ella y él. También propone que en palabras que cambian de género según el grupo de personas que lo conforme, reemplacemos la “o” con una “e”. Por ejemplo, la frase “mis amigos [hablando de un grupo de género mezclado] son simpáticos, y ellos quieren conocerte” cambiaría a “mis amigues son simpátiques, y élles quieren conocerte.” Aunque