SOMOS NOSOTRES
texto: Kira McNeil
diseño: Elise Gellman
arte: wikicommons
Soy mujer, y me siento orgullosa de
serla. Pero cuando estoy entre amigas digamos siete mujeres y un solo hombre
- ¿por qué nos llamamos “amigos”,
y nos referimos de “nosotros”? La
mayoría del grupo somos mujeres.
Deberíamos ser amigas, ¿no? Somos
nosotras. Pero no. La presencia de un
solo hombre cambia todo. ¿Por qué?
Como todos sabemos, en el mundo
hay una larga historia de machismo,
una ideología que promueve la idea
que la mujer es inferior al hombre. Por
siglos, las mujeres no podían trabajar,
ni votar, y en casos extremos ni podían
salir de la casa sin ser acompañadas
por un hombre. En la época de la
creación del idioma castellano, y hasta
el día de hoy, uno de los peores insultos
para un hombre es que le comparen a
una mujer o niña. Qué conveniente
entonces que cuando hay un hombre
entre un grupo de mujeres, todo el
grupo se cambia a un pronombre
que se refiere a él. A las mujeres se
les convierte en el plural “nosotros”
para no hacerle sentir emasculado
al hombre. ¿Por qué? El pronombre
debería depender de la mayoría de la
gente adentro del grupo, ¿no?
Obviamente, este método podría ser
problemático en grupos grandes,
grupos de cientos o miles. De repente,
es difícil saber el género con el cual la
mayoría del grupo se identifica.
Algunas feministas hispanohablantes
han propuesto la creación de un
pronombre neutro. Sophia Gubb,
una bloguera inglesa que ha vivido
en España por casi diez años, es una
de las pioneras de esta idea, y ha
recibido mucho reconocimiento de
la comunidad latina. Ella inventó el
pronombre inclusivo “élle”, una mezcla
de los pronombres ella y él. También
propone que en palabras que cambian
de género según el grupo de personas
que lo conforme, reemplacemos la
“o” con una “e”. Por ejemplo, la frase
“mis amigos [hablando de un grupo
de género mezclado] son simpáticos,
y ellos quieren conocerte” cambiaría
a “mis amigues son simpátiques, y
élles quieren conocerte.” Aunque