Un dia más en
el albergue
texto: Zanya Andrade Fitz
diseño: Elise Gellman
arte: Max Crever
¿Qué es lo que sucede cuando la migración comienza? Al atravesar países enteros de principio
a fin y viceversa, el camino se convierte rocoso y lleno de soledad. Aun siendo así, en la vereda
del viaje se encuentran pequeños momentos, no precisamente de paz o gracia, pero dónde la
voluntad de las personas se une. En esta ocasión, el recorrido migratorio de centroamérica a
través de México para llegar a los E.E.U.U se ve acompañado por pequeñas estaciones de paso que
brindan una mano a los hermanos que continúan su camino al norte.
Ciudad de México, 8 a.m:
Voluntarios, madres y colectivos se comunicaban frenéticamente ante la ola de migrantes que se
acercaba al centro de la capital. No era certero si eran quinientas, ochocientas o mil las bocas que
alimentar, pero en la cocina del albergue el movimiento comenzaba. Pan, jamón, queso, frijoles:
sándwiches volaban en todas direcciones, ya que faltaban otros cientos por preparar.
Un par de camiones se estacionaron y decenas de personas bajaban de ellos: mujeres, hombres,
niños, bebés. La comida no era suficiente, pero se racionaba entre ellos. De regreso al albergue, los
voluntarios se preparaban para poder recibir a los centenares de personas que iban en camino. La
preparación de lugares para dormir, separación de ropa, unidad médica y repartición de artículos
de higiene era una más de las cosas para tachar de la lista que conformaba el día.